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martes, 16 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (149)

149/2025 -Actuar con aceptación, lucidez y responsabilidad no obliga a permanecer impasible ante aquello que pueda causarnos cualquier tipo de malestar y/o perjuicio. A veces una respuesta responsable consiste en decir “no” y/o en reaccionar de modo que pueda evitarse algo innecesario. ¡No siempre la opción de poner la otra mejilla es la respuesta más compasiva y responsable! Cuando ofrecer la otra mejilla implica permitir abusos, corrupción, humillaciones o injusticias, entonces deja de ser un gesto de comprensión, responsabilidad o sabiduría. Hay momentos (todos sin excepción están siendo realidad) en que lo sano consiste en decir “hasta aquí”, en protegerse y actuar con firmeza, sin miedo ni victimismo.

La verdadera compasión nunca puede suponer dejar de protegerse y de cuidarse a uno mismo. La mayor parte de las principales tradiciones espirituales, culturales, políticas, etc., acusan, culpabilizan, responsabilizan…, al ego y/o a la conciencia de estar siendo “un yo individualizado” de crear una percepción ilusoria, dualista, dividida y enfrentada de la realidad, pero a la vez que afirman eso, ¿qué están haciendo y promoviendo, sino conceder autenticidad a la mitad que les conviene, de esas mismas apariencias? Se creen solo una parte -la que consideran negativa- de lo que el ego está proyectando, mientras rechazan todas aquellas posibilidades que podrían contradecir y/o desenmascarar la base fundamental de sus fundamentos.

Absolutamente todo -sin excepción- cuanto está siendo/sucediendo en cada instante, estará siendo exactamente igual de real, auténtico, legítimo, divino, natural, etc., que el resto de las posibilidades, porque “absolutamente nada” puede estar siendo/sucediendo sin que ello consista en una manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Juicios, deseos, miedos, creencias, ideologías, culturas, tradiciones, religiones, filosofías…, por el simple hecho de estar existiendo y/o aconteciendo, también consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta, sin embargo, nada de ello trasciende jamás el ámbito y/o la dimensión de las percepciones interesadas del estar siendo/sucediendo personalizado. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 149/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta señala una tensión fundamental dentro de muchas tradiciones espirituales y culturales: la idea de que actuar desde la aceptación y la lucidez implica renunciar a cualquier forma de reacción o defensa. Sin embargo, Juande Puerta recuerda que la verdadera responsabilidad no significa pasividad ni sumisión. Aceptar la realidad tal como acontece no exige permitir que el malestar, el abuso o la injusticia se instalen sin respuesta; por el contrario, a veces la acción más lúcida consiste precisamente en poner un límite claro, en decir “no”, o en evitar algo que sería innecesario y dañino.

Actuar con firmeza, cuando las circunstancias lo requieren, no contradice la compasión ni el crecimiento espiritual. De hecho, la compasión auténtica incluye el autocuidado: no puede convertirse en una coartada para soportar la humillación o la corrupción. La enseñanza de “poner la otra mejilla”, interpretada de manera literal y simplista, puede transformarse en un mecanismo que perpetúe la injusticia. Juande Puerta señala que cuando ese gesto deja de expresar comprensión y se vuelve permisividad, pierde su auténtico sentido espiritual.

Además, el autor pone en evidencia una paradoja presente en muchas doctrinas: critican al ego por generar una visión fragmentada e ilusoria de la realidad, pero al mismo tiempo validan únicamente aquella parte que sostiene sus dogmas y rechazan las posibilidades que podrían cuestionarlas. Este sesgo selectivo revela que incluso los discursos que proclaman la superación del ego pueden caer en sus mismas trampas.

Para Juande Puerta, todo lo que existe y sucede —incluidos los juicios, miedos, creencias e ideologías— forma parte del Estar Siendo Absoluto. Nada queda fuera de lo real. No obstante, estas manifestaciones no dejan de ser percepciones personalizadas, interpretaciones condicionadas por intereses, historias y limitaciones. Reconocer esta dual condición —su absoluta legitimidad y su carácter relativo— permite actuar con mayor libertad, responsabilidad y lucidez.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (147)

147/2025 -La opción individual o social de “negar la realidad de lo que ya está siendo/sucediendo” pasa a convertirse en una experiencia que inevitablemente tendrá que ser vivida, porque en el mismo instante que se produce esa respuesta también se convierte en Estar Siendo Realidad. La contradicción que supone la negación y/o la resistencia ante el estar siendo/sucediendo genera efectos que se materializan en forma de actualización instantánea de la realidad. Negar la autenticidad de cualquier manifestación de la realidad puede servir de defensa ante el dolor, el miedo, la culpa, la ansiedad, etc., pero, al mismo tiempo, la incoherencia de esa reacción también supondrá un desgaste emocional importante. La Realidad consiste en el estar siendo/sucediendo simultáneo de absolutamente todo -sin excepción- cuanto esté siendo/sucediendo en cada instante, de ahí que negar cualquier expresión que esté sucediendo, no elimina eso, sino que distorsiona la percepción y dificulta una respuesta más lúcida y responsable.

Muchas tradiciones no duales buscan trascender o eliminar aspectos de la existencia humana que se consideran negativos o ilusorios; sin embargo, ¿cuál suele ser el resultado de la ética y de la espiritualidad que buscan separar la existencia de una verdad idealizada del estar siendo/sucediendo cotidiano? El flujo continuo y cambiante de experiencias (causas y efectos, apariciones y desapariciones…) no puede estar siendo un fallo ni obedecer a un plan moral superior, sino el despliegue natural y espontáneo de la Realidad y/o la Vida. Ninguna experiencia puede no estar suponiendo una actualización del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí la responsabilidad inherente en cada una de nuestras decisiones personales y sociales.

Absolutamente todo —desde el latido de nuestro corazón hasta el conflicto geopolítico más brutal— está siendo, sin excepción, manifestación de la Realidad Absoluta. Dividir la experiencia entre “lo que debería ser” y “lo que está siendo”, origina la base energética del victimismo, la culpabilidad y todo tipo de conflictos internos. Aquello que se resiste (todo consiste en estar siendo realidad) persiste y se amplifica; sin embargo, aquello que se reconoce y acepta conscientemente no interrumpe el fluir natural, porque entonces ya no le oponemos la violencia de la negación. No es cierto que exista un “yo defectuoso” que deba ser pulido para que pueda vivir plenamente la Realidad; sencillamente el estar siendo de cada yo -sin excepción- ya está siendo Realidad Absoluta en modo humano. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 147/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta propone una comprensión radical de la realidad: todo lo que ocurre —interno o externo, individual o colectivo— ya forma parte del Estar Siendo y, por tanto, no puede ser negado sin consecuencias. La negación, lejos de borrar aquello que nos incomoda, se convierte ella misma en un nuevo hecho dentro del flujo de la experiencia. Así, resistirse a lo que sucede añade una capa adicional de tensión, incoherencia y desgaste emocional, porque exige mantener una división artificial entre la realidad y nuestra interpretación idealizada de ella.

Desde esta perspectiva, el sufrimiento generado por la resistencia no proviene tanto de los hechos en sí, sino de la fricción entre lo que es y lo que creemos que “debería ser”. Juande Puerta señala que muchas corrientes espirituales —especialmente algunas no duales interpretadas de manera reduccionista— intentan negar o trascender aspectos de la existencia humana considerados “impuros”, “ilusorios” o “inferiores”. Sin embargo, esa aspiración a una pureza idealizada suele desembocar en una ética fragmentada: separamos lo luminoso de lo oscuro, lo aceptable de lo rechazable, lo espiritual de lo cotidiano. El resultado es una brecha interior que alimenta la culpa, el autoengaño y una incapacidad para responder con lucidez a lo que efectivamente está ocurriendo.

Aceptar que todo —desde un pequeño gesto hasta las dinámicas colectivas más violentas— está siendo expresión de la Realidad Absoluta no implica justificar moralmente cualquier acción, sino reconocer que nada queda fuera del entramado de causas, efectos y decisiones. En esa aceptación surge una responsabilidad más profunda: al ver cada experiencia como actualización de la realidad, nuestras respuestas dejan de estar guiadas por la negación y empiezan a orientarse hacia la comprensión y la coherencia.

Finalmente, la idea de un “yo defectuoso” se disuelve. Cada individuo, con su historia y sus contradicciones, ya está siendo plenamente Realidad en forma humana. No se trata de pulirse para merecer la vida, sino de reconocer que ya estamos inmersos en ella de manera total. En esa comprensión, lo que antes se resistía comienza a fluir.

lunes, 8 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (146)

146/2025 -Aceptar “consciente y activamente” lo que está siendo/sucediendo —lo mismo en su dimensión particular, social y universal— es crucial para el progreso personal y de la humanidad; el empoderamiento, al que los individuos podemos “acceder” sin la necesidad ineludible de vivir atrapados en una agotadora actitud de lucha y de control, emerge directamente de la aceptación consciente y activa de que -comenzando por el hecho de nuestra propia existencia- no hay ni sucede absolutamente nada que no esté consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta. Reconocer “consciente y activamente” que podemos elegir la manera en que nos relacionamos con nuestros estados internos, acontecimientos externos y vínculos humanos (Realidad), también facilitará que nuestras respuestas fluyan desde la empatía con la Vida y con la aceptación de nuestra parte de responsabilidad.
 
La experiencia de la existencia humana no está separada del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. ¡La iluminación espiritual y/o el despertar de la conciencia equivale al darse cuenta, el reconocimiento y la aceptación de que “nunca hay ni sucede nada” que -incluida la existencia de cada individuo- no esté consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta! No hay un mundo por un lado y una Realidad, una Vida, un Dios o una Conciencia Superior por otro, sino una sola Realidad desplegándose en infinitud de formas y estados cambiantes, que incluye la existencia y las experiencias de cada individuo. Realidad Absoluta “en modo humano” también está siendo cada una de nuestras posibles expresiones egoicas, nuestras limitaciones y todas las contradicciones posibles. Aquí y ahora discrepo de las espiritualidades e ideologías políticas, culturales, etc., que parten de la idea de que la condición humana debe ser corregida desde la creencia en un ideal dogmático y superior.

La tarea de una ética y/o de una espiritualidad saludable, lúcida y coherente no sería la de corregir la condición humana, sino de comprenderla y asumirla plenamente, integrando también todo aquello que -según conveniencias puramente egoicas- unas veces sí y otras no, solemos considerar negativo. Absolutamente nada puede estar siendo/sucediendo (interno o externo) sin que ello -sin excepción- no esté consistiendo en una manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí la imposibilidad de eludir la experiencia de los efectos resultantes (culpa, miedo, victimismo, conflicto…) de la opción de negar su autenticidad. Negarse a aceptar la legitimidad de cualquier posible expresión de la Realidad pasará a convertirse en una expresión más de la Realidad que se esté siendo y viviendo. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 146/2025 realizado con IA:


La propuesta de Juande Puerta invita a reconsiderar radicalmente nuestra relación con la experiencia humana. En su planteamiento, la aceptación “consciente y activa” de lo que está siendo —en lo personal, lo social y lo universal— constituye la clave para un verdadero empoderamiento. Este empoderamiento no surge del esfuerzo por controlar o dominar la realidad, sino de reconocer que todo cuanto ocurre, incluida nuestra propia existencia, está consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta. Así, la lucha constante por corregir, mejorar o resistir deja paso a una comprensión más profunda y serena de la Vida como despliegue unitario.

Desde esta perspectiva, no se trata de resignarse sino de asumir la responsabilidad de elegir cómo nos relacionamos con nuestros estados internos, con los hechos externos y con los demás. La aceptación activa amplía nuestro margen de libertad: al dejar de oponernos a lo que está siendo, nuestras respuestas pueden brotar desde la empatía y la lucidez, no desde el miedo o la compulsión. La conciencia despierta reconoce que la experiencia humana —con sus luces y sombras— no está separada de lo Absoluto, sino que lo encarna en formas y situaciones infinitas.

Juande Puerta cuestiona las espiritualidades e ideologías que buscan “corregir” al ser humano desde modelos ideales, dogmáticos o moralizantes. Para él, una ética y una espiritualidad genuinas no consisten en perseguir un estado perfecto, sino en comprender, integrar y asumir plenamente la totalidad de nuestra condición, incluidas limitaciones, contradicciones y aspectos que solemos etiquetar como negativos. Rechazar cualquier expresión de la Realidad no elimina su existencia: la convierte, paradójicamente, en otra manifestación más de aquello mismo que se intenta negar. De ahí que el despertar espiritual equivalga a reconocer que nunca sucede nada fuera de la Realidad Absoluta. En esa comprensión, la vida deja de ser un campo de batalla y se convierte en un proceso de integración consciente, donde cada experiencia —agradable o incómoda— es afirmación viviente de la misma Realidad que estamos siendo.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (144)

144/2025 -El reconocimiento y la aceptación “conscientes” de todo lo que está aconteciendo (Estar Siendo Realidad Absoluta) no eliminará el dolor, el juicio, la contradicción, la corrupción, etc., pero permitirá vivir esas experiencias de la realidad cotidiana con más lucidez y menos sufrimiento añadido por la idea de que “eso no debería de estar sucediendo”. Creer que la aceptación de todo cuanto está siendo/sucediendo (Realidad) podría excluir la acción y la ética, sería como creer que la manifestación de la Realidad podría eliminar la manifestación de la Realidad. La aceptación “consciente y/o lúcida” de todo lo que está siendo/sucediendo en cada instante (Realidad) no eliminará el impulso natural de actuar, indignarse, preocuparse, cuidar o transformar, pero ayudará a limpiar el filtro egoico que pudiera estar deformando su percepción.
 
Puesto que todo -sin excepción- está siendo manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, entonces también está siendo el sufrimiento, la ignorancia, la ansiedad, el miedo…, así como los deseos de disfrutar, de prosperar y de denunciar injusticias. La aceptación “consciente y lúcida” de todo cuanto está siendo/sucediendo -comenzando por el de nuestra propia existencia- incluye también la posibilidad de decir “no”, de poner límites, de transformar estructuras injustas, de revisar errores, etc., sin eliminar nada de la integridad de la Realidad. La actitud victimista de negar y/o de rechazar “lo que está siendo/sucediendo” (Realidad), así como la de culpabilizar a la Realidad de estar siendo la Realidad, no suprimirá la parte de responsabilidad que corresponda a la elección de nuestras manifestaciones.

Muchas transformaciones históricas —abolición de la esclavitud, derechos civiles, equidad de género, etc.,— no surgieron tanto del rechazo de los estados de cosas injustos, como del “reconocimiento y la aceptación conscientes” de la injusticia de todas esas expresiones. Algunos cambios personales y sociales pueden nacer del rechazo a la infelicidad, la enfermedad, la injusticia, etc., pero eso no sería posible sin el acto anterior, más profundo y complejo, de “reconocer y aceptar conscientemente” el estar siendo/sucediendo de eso que se desea transformar. Reconocer y aceptar conscientemente no significa justificar ciegamente. El egocentrismo, la indignación, el deseo de progreso, el impulso de frenar una injusticia y el resto de “todas” las posibles manifestaciones humanas también están siendo expresiones y actualizaciones naturales de la Realidad Absoluta. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 144/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta plantea una comprensión profunda de la aceptación como un acto lúcido y consciente frente a la realidad que acontece en cada instante. Aceptar no implica negar el dolor, la contradicción o el juicio; por el contrario, supone permitir que estas expresiones de la experiencia se manifiesten sin añadir el sufrimiento extra que proviene de la resistencia mental —esa voz que insiste en que “esto no debería estar ocurriendo”. La aceptación lúcida desmonta esa fricción innecesaria y abre un espacio de presencia más transparente.

Lejos de anular la acción o la ética, esta actitud de reconocimiento permite que las respuestas humanas —indignarse, preocuparse, cuidar, proteger o transformar— emerjan desde un lugar menos condicionado por las distorsiones del ego. Juande Puerta señala que si todo forma parte de la manifestación de la Realidad Absoluta, entonces también lo son las emociones consideradas “negativas”, así como los impulsos de mejora, justicia y crecimiento. No hay exclusiones: todo lo que aparece pertenece al mismo tejido.

Aceptar conscientemente, por tanto, no es pasividad ni justificación. Es un modo más honesto de situarse ante lo real, que incluye la posibilidad de decir “no”, de poner límites saludables y de impulsar transformaciones individuales y colectivas. La negación victimista de lo que sucede —o la tendencia a culpar a la propia Realidad— no elimina la responsabilidad inherente a nuestras elecciones y manifestaciones.

La historia confirma esta visión: grandes cambios sociales no surgieron sólo del rechazo a la injusticia, sino del reconocimiento lúcido de esa injusticia como parte de lo que estaba siendo, un reconocimiento que permitió actuar con claridad y firmeza. Así, la aceptación consciente se revela como el punto de partida desde el cual la Realidad, a través de cada uno de nosotros, puede actualizar nuevas formas más justas, compasivas y coherentes consigo misma.

viernes, 28 de noviembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (142)

142/2025 -Estar Siendo Realidad, es decir, estar siendo nuestro estar siendo particular y el estar siendo de todo cuanto cada uno de nosotros podamos estar percibiendo, realizando, experimentando e imaginando, supone que no existe “un ser supremo” que produce y juzga las cosas que suceden. La infinita, simultánea y transitoria multiplicidad de apareceres y desapareceres, de principios y de finales, etc., está consistiendo en la “incesante actualización” de la manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. La percepción egoica y/o humana de la Realidad no necesita trascender los límites de la percepción egoica de la Realidad, porque el estar siendo de todo ello “también” está siendo expresión natural de la Realidad.
 
El estar siendo/sucediendo humano incluye absolutamente todo aquello que -sin excepción- cualquier individuo pueda estar manifestando en cualquier instante y situación, de ahí la brutalidad y el victimismo que -aunque eso también esté siendo una respuesta legítima- suponen todos los intentos de transformar nuestra naturaleza (espirituales, ideológicos, culturales, etc.,) que no se basen en el reconocimiento y la aceptación de cada una de las características inherentes y/o propias de la condición humana. La ética requiere distinguir entre acciones que aumentan el sufrimiento innecesario y las acciones que lo disminuyen, pero eso no puede sustentarse sobre la represión, el desprecio y la discriminación de alguna expresión natural de nuestra Esencia.

No estaría siendo natural, real, verdadero, sano, etc., que los seres humanos siempre estuviéramos percibiendo, pensando, sintiendo, juzgando, reaccionando, actuando, deseando, etc., uniforme y positivamente, en lugar de hacerlo de todas las maneras que cada uno de nosotros estamos haciéndolo en cada momento y situación. Una ética y/o espiritualidad sana no puede excluir el reconocimiento y la aceptación de lo que “arbitrariamente” consideremos negativo; en lugar de eso debería asumir conscientemente la autenticidad de todo lo que aparece, de modo que incluso el conflicto, el dolor, la contradicción, el miedo, etc., queden integrados en una comprensión más amplia del estar siendo/sucediendo humano.

Estar siendo la Verdad Absoluta no consiste en estar siendo algo distinto a estar siendo la verdad relativa. La verdad relativa (sin excepción cada una de las particularidades que continuamente están apareciendo y desapareciendo) no está siendo un sueño, una ilusión ni un defecto; también está siendo la Verdad Absoluta, la Realidad, la Vida. No hay dos niveles ontológicos separados (un “mundo ilusorio” y, por encima, una “Realidad verdadera”), sino una única Realidad expresándose y actualizándose en multiplicidad de formas cambiantes. Noviembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 142/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta plantea una visión radicalmente no dual de la realidad y de la condición humana. “Estar Siendo Realidad” no remite a un “ser supremo separado” que crea y juzga el mundo, sino al hecho de que todo lo que acontece –cada percepción, pensamiento, acción, deseo, miedo y conflicto– es ya la manifestación simultánea del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. No hay un nivel “más real” detrás de las apariencias, sino una única Realidad expresándose como multiplicidad cambiante de formas.

Desde ahí, la percepción egoica no es un error que deba ser superado para acceder a lo Absoluto, sino una de las formas legítimas en que la Realidad se vive a sí misma en modo humano. Esa inclusión de todo tiene consecuencias éticas decisivas: cualquier intento de “mejorar” al ser humano que parta de despreciar, reprimir o negar aspectos naturales de la condición humana –impulsos, contradicciones, agresividad, fragilidad, miedo– se vuelve violento y victimista, porque pretende amputar algo que también está siendo expresión de la Esencia. Una ética sana, dice Juande Puerta, no consiste en fabricar un ser humano siempre positivo y uniforme, sino en distinguir qué acciones aumentan o disminuyen sufrimiento innecesario sin descalificar la raíz de donde surgen.

La espiritualidad que se deriva de esta comprensión deja de ser una huida de lo humano para volverse una aceptación lúcida de todo lo que aparece. Integrar dolor, conflicto y sombra no significa celebrarlos ni renunciar a transformarlos, sino reconocer que incluso el impulso de cambio pertenece al mismo flujo absoluto. Así, “estar siendo la Verdad Absoluta” no es convertir la vida en algo distinto de la verdad relativa, sino ver que cada particularidad efímera –incluido el propio juicio sobre ella– es la Vida Absoluta desplegándose aquí y ahora, sin resto y sin afuera.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (138)

138/2025 -Alma es igual a ego y viceversa. El ego también está siendo alma y el alma también está siendo ego. Tanto el alma como el ego solo son conceptos que pertenecen a la experiencia transitoria de individualidad. En la tradición espiritual, el alma suele entenderse como el “yo esencial” y/o el núcleo inmutable del individuo, distinto del cuerpo o la mente. Desde mi punto de vista actual, no hay diferencia esencial entre el yo que se considera “persona” y el yo que se considera “alma”. Aunque ambos conceptos se sostienen sobre la creencia que los está originando, ello no evita que estén siendo dos caras o visiones de la misma moneda. Tanto la existencia del alma individual (que evolucionaría y no moriría nunca), como la del ego personal (que nacería con fecha de caducidad), están siendo manifestaciones de la misma conciencia identificada.
 
Nada hay ni sucede que no consista en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, por tanto, ¿en qué puede estar consistiendo la creencia en la existencia del alma individual e inmortal y la creencia en la existencia del yo separado, personificado y limitado? Ego y alma están siendo construcciones mentales que perpetúan la percepción dualista e individualizada de la Realidad. El ego necesita tener un alma, igual que el alma necesita tener la identidad de un ego. El alma no es una entidad más espiritual, más independiente o más divina que el ego, sino una extensión egoica que sirve como "recurso legítimo y natural" para lidiar con el miedo a la impermanencia, el sufrimiento y lo incomprensible de la Realidad. Cada polaridad (ego/alma) tiene sentido dentro del todo y contribuye a la dinámica de la Vida.

La Realización no es otra cosa que una rendición lúcida (reconocimiento y aceptación) ante la evidencia de que todo está desplegándose como Vida.​ El Estar Siendo/Sucediendo Absoluto (Realidad) abarca tanto lo que suele considerarse “luz” (dicha, salud, armonía) como lo que suele considerarse “oscuridad” (dolor, enfermedad, violencia, muerte). Aceptar esta totalidad no implica justificar el sufrimiento, sino entender que forma parte de la dinámica de la Vida en su totalidad. Todas las posibilidades están coexistiendo simultáneamente, de ahí que, paradójicamente, la percepción de lo correcto y satisfactorio requiere del reconocimiento y de la aceptación simultánea de lo incorrecto y contradictorio. En el Tao Te Ching: "Cuando reconozco lo que es malo como bueno, surge el bien". Noviembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 138/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta propone una comprensión radicalmente no dual de los conceptos de alma y ego, despojándolos de las distinciones tradicionales que suelen situarlos en planos ontológicos distintos. Para la espiritualidad clásica, el alma representa el núcleo esencial e imperecedero del individuo, mientras que el ego es visto como la máscara psicológica que organiza la experiencia personal y está destinada a disolverse. Sin embargo, Juande Puerta sostiene que ambas nociones son construcciones mentales que emergen de una misma identificación fundamental: la creencia en un “yo” separado.

Desde esta perspectiva, el alma no es una entidad más elevada o pura que el ego; es simplemente otra forma de designar la experiencia transitoria de individualidad. Tanto el yo espiritual que se piensa eterno como el yo psicológico que se percibe mortal participan del mismo mecanismo: la conciencia identificada que se experimenta a sí misma como algo diferenciado del resto. Así, alma y ego no son opuestos, sino dos modos de narrar la misma ilusión. Uno ofrece continuidad y consuelo ante la impermanencia; el otro articula la vivencia cotidiana de límites y necesidades. Ambos sirven como estrategias naturales para enfrentarse al misterio de la existencia.

La Realidad —el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto— no distingue entre estas categorías. Todo, incluida la idea de un yo eterno o finito, surge en un único despliegue impersonal de Vida. Comprender esto no implica negar la validez funcional de ego y alma, sino reconocer que forman parte de la misma dinámica de aparición, del mismo juego de luces y sombras que configura la experiencia humana. La Realización consiste, entonces, en una aceptación lúcida ante esta totalidad: aceptar que tanto lo que consideramos luz como lo que llamamos oscuridad son expresiones inseparables del mismo acontecer. De ahí la resonancia con el Tao Te Ching: solo cuando se reconoce que incluso lo “malo” participa del orden total, puede surgir un bien más profundo, aquel que nace de la aceptación de lo que es.

sábado, 1 de noviembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (131)

 131/2025 -Reconocer nuestra inseparabilidad del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto invita a vivir la experiencia co-creadora de la existencia humana desde una conciencia más abierta a la percepción de plenitud que a la de carencia y miedo. No hay otra espiritualidad ni otra sabiduría que la que fluye de la aceptación de la vivencia consciente del aquí y ahora. La muerte del estar siendo/sucediendo individual supone la disolución definitiva de dicha conciencia y de todo cuanto la pudiera estar caracterizando.

¡La gota de agua, cuando regresa al océano, continuará siendo agua, pero nunca volverá a ser la misma gota! La gota de agua (conciencia identificada con su estar siendo/sucediendo individual) que se preguntase “¿quién soy yo?” (Ramana Maharshi) podría darse cuenta de que nunca dejó de ser agua, pero también de que, sin dejar de estar siendo agua, ahora, a la vez, está siendo una gota. Mientras está existiendo, el yo está siendo un yo, sin dejar de estar siendo una manifestación de lo Absoluto. El estar siendo/sucediendo de cada particularidad o posibilidad no separa del estar siendo/sucediendo de todo lo demás. La individualidad no deja de estar siendo lo Absoluto cuando está siendo una individualidad; estar siendo una individualidad también consiste en estar siendo lo Absoluto. El despertar de la conciencia no hace que desaparezca nada, sencillamente consiste en darse cuenta, reconocer y aceptar que “transitoriamente” se está siendo parte y totalidad (gota y océano) a la vez.

El ego estará siendo una manifestación transitoria de la Realidad Absoluta, pero eso no significa que no esté siendo real y/o que esté siendo ilusorio. Nisargadatta solía decir: “Tú no eres el cuerpo ni la mente; eres la consciencia ilimitada en la que aparecen.” En lugar de eso, opino que aquí y ahora, a parte de estar siendo consciencia ilimitada (lo Absoluto) al mismo tiempo también estás siendo tu cuerpo, tu mente, y todas tus posibles percepciones, manifestaciones y relaciones. No se trata de negar lo relativo, sino de reconocerlo como expresión natural y simultánea de lo Absoluto. El cuerpo, la mente, el mundo, etc., no están siendo errores ni ilusiones: el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto consiste en el estar siendo/sucediendo “simultáneo" de absolutamente todas y cada una de las posibilidades. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 131/20205 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta sobre el "Estar Siendo/Sucediendo Absoluto" nos invita a una espiritualidad radical, anclada en la vivencia plena del presente. Lejos de las sombras de la carencia y el miedo, propone una co-creación existencial desde una conciencia abierta a la abundancia inherente a la vida. No hay sabiduría superior a la que brota de aceptar el aquí y ahora con total presencia, disolviendo ilusiones de separación.

Central en su pensamiento es la metáfora de la gota de agua regresando al océano. Al morir el "estar siendo individual" —ese ego efímero—, la conciencia no se extingue, sino que se integra al todo. La gota, al fundirse, pierde su forma limitada pero conserva su esencia acuosa. Así, la pregunta de Ramana Maharshi, "¿Quién soy yo?", revela que nunca dejamos de ser lo Absoluto, aunque temporalmente manifestemos individualidad. El "yo" no es una ilusión a erradicar, sino una expresión transitoria del Estar Siendo ilimitado. Mientras existe, el ego es real: un estar siendo simultáneo de lo particular y lo universal, gota y océano en uno.

Juande Puerta desafía visiones dualistas, como la de Nisargadatta, que separa al observador de lo observado. En su lugar, afirma que somos conciencia ilimitada y cuerpo, mente, relaciones; lo relativo no es error, sino manifestación natural del Absoluto. El despertar no borra nada: es reconocer que toda posibilidad —el mundo, el dolor, la alegría— es el suceder simultáneo de la Realidad. La individualidad no aísla; es lo Absoluto danzando en formas diversas, sin contradicción.

Esta perspectiva libera: invita a abrazar la transitoriedad sin temor, celebrando la plenitud en cada instante. En un mundo de fragmentaciones, Juande Puerta nos recuerda que la espiritualidad auténtica es inclusión total. Así, vivir es co-crear desde la unidad, donde nada se pierde, todo se transforma.

martes, 28 de octubre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (129)

129/2025 -No se trata de "superar" el ego -la conciencia de estar siendo un estar siendo/sucediendo único o individual- sino de verlo como una ola que, al reconocer su inseparabilidad del océano, deja de temer su propia disolución. El estar siendo/sucediendo humano no está siendo/sucediendo aparte del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí la absoluta legitimidad de todas y de cada una de sus posibles manifestaciones, experiencias y expectativas. La conciencia identificada con la existencia del yo egoico no sólo divide, separa, juzga y califica la percepción de la Realidad; también -y sin que ello signifique que todo eso no esté siendo su función natural- origina las sensaciones de culpabilidad, de carencia, de miedo y de victimismo que conducen a la queja, la discriminación, la predilección y la lucha continua contra una parte de nuestra propia naturaleza.
 
¿A qué, sino a las indicaciones de su conciencia egoica, están sirviendo aquellos individuos que proclaman la necesidad de trascender las percepciones, las actitudes, las reacciones, las experiencias y los deseos del yo egoico? El camino hacia el disfrute de más momentos de bienestar y de una mayor sensación de plenitud no puede discurrir en la lucha por trascender las condiciones propias de una parte de nuestra esencia. El ego humano cumple la función por la que existe, de ahí que para atenuar algunos de los malestares y de los conflictos que origina, muchas veces bastaría con el reconocimiento y la aceptación de ello.

La conciencia egoica (ego humano) no está siendo un enemigo a combatir, sino una construcción mental que actúa como una herramienta evolutiva real, igual de necesaria que el resto de las condiciones y cualidades que hacen viable la existencia humana. ¿Qué diferencia hay entre la espiritualidad basada en la tarea de trascender o corregir cualquier aspecto de la experiencia humana y la función natural del ego humano? La función natural del ego no tiene nada de pecaminoso ni de erróneo: simplemente está siendo un medio natural que permite a la Realidad manifestarse como una individualidad que percibe, actúa y se relaciona. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 129/2025 realizado con IA:

En su reflexión, Juande Puerta nos invita a releer el ego no como un obstáculo a vencer, sino como una ola inseparable del océano. Esta metáfora encapsula la esencia de su pensamiento: el "estar siendo/sucediendo" humano, esa conciencia individual y única, no existe aislada del Estar Siendo Absoluto. Intentar "superar" el ego equivale a negar la legitimidad de nuestra propia manifestación en el mundo, ignorando que cada experiencia, deseo o expectativa forma parte de la danza cósmica de la Realidad. Juande Puerta argumenta que la conciencia egoica, al identificarse exclusivamente con el yo, genera divisiones artificiales: juzga, clasifica y separa, sembrando semillas de culpabilidad, carencia y victimismo. De ahí surgen la queja perpetua, la discriminación y la lucha interna contra aspectos inherentes a nuestra naturaleza.

Esta visión critica las corrientes espirituales que proclaman la trascendencia como panacea. ¿No es paradójico, pregunta Juande Puerta, que tales enfoques respondan precisamente a las demandas de esa misma conciencia egoica que buscan erradicar? Al etiquetar percepciones, actitudes o deseos como "inferiores", reproducen el ciclo de conflicto que pretenden disolver. En cambio, el camino hacia el bienestar y la plenitud no reside en la guerra contra el ego, sino en su reconocimiento amoroso. El ego humano cumple una función evolutiva indispensable: es la herramienta que permite a la Realidad desplegarse en individualidades que perciben, actúan y se relacionan. Sin él, no habría ni arte ni ciencia, ni amor ni conflicto; simplemente, no habría "yo" para maravillarse ante el todo.

El ego no es pecaminoso ni erróneo; es un medio natural, tan válido como el latido del corazón o el flujo de los ríos. Al verlo como ola que, al reconocer su origen acuoso, cesa el temor a disolverse, liberamos espacio para momentos de plenitud auténtica. No se trata de aniquilar, sino de integrar: en esa unión, el malestar se atenúa, y la existencia se revela como celebración ininterrumpida del Absoluto en lo particular. Así, Juande Puerta nos ofrece no una doctrina, sino una invitación a la paz: abraza tu ola, y surfea el océano sin miedo.

lunes, 29 de septiembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (117)

117/2025 -Desde siempre, la Realidad está manifestándose como un campo complejo e ilimitado de posibilidades simultáneas. ¿Por qué, si no porque todas las posibilidades están coexistiendo a la vez, cada uno de nosotros podemos percibir, pensar, sentir, idear, decidir, actuar, etc., de un modo particular en cada instante y ante cada situación? Todo lo que ocurre, incluidas las múltiples posibilidades opuestas o contradictorias, está siendo la manifestación natural del dinamismo de la Realidad Absoluta. Cada uno de nosotros estamos siendo una manifestación particular y única del flujo absoluto, pero nuestra individualidad -junto con todo aquello que pueda estar caracterizándola- no implica separación, sino integración inseparable con la totalidad universal. La Realidad, la Vida, lo Absoluto…, no es una entidad fija o estática, sino un proceso vivo donde absolutamente todas las posibilidades están siendo a la vez.
 
La responsabilidad de cada individuo fluye de nuestra capacidad innata para tomar decisiones, de ahí que aquella capacidad no dependa tanto de algo externo como religiones, doctrinas, filosofías, ideologías, políticas, etc. El miedo a la impermanencia, así como los apegos frustrantes a resultados o expectativas externas, estarán siendo opciones tan auténticas como sus opuestas, por tanto, para cambiar esas percepciones y sus consecuencias muchas veces bastaría con darse cuenta de ello y reconocerlo profunda y responsablemente. El temor a los cambios suele generar inseguridad, pero experimentar ese miedo puede verse como un error y/o también como una opción de la experiencia humana perfectamente válida. La conciencia lúcida de que los miedos, los apegos, las frustraciones, etc., son opciones y/o posibilidades que están coexistiendo con las demás abre la puerta a respuestas menos dolorosas.

No hace falta buscar verdades trascendentales ni esperar soluciones salvadoras, porque lo Absoluto ya está siendo el aquí y ahora. Las diferencias también están siendo expresiones legítimas de la Realidad Absoluta, de ahí que reconocerlo siempre facilitará la posibilidad de elegir una actitud más comprensiva y enriquecedora hacía uno mismo y hacia los demás. Sin duda, la integración de los opuestos como manifestaciones esenciales del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto permitirá abordar los conflictos con mayor respeto y tolerancia. En el proceso de la Vida y/o del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no hay una experiencia más real que otra, de ahí que darse cuenta, reconocer y aceptar que la Realidad incluye absolutamente todas las posibilidades a la vez podría ayudar a modificar la manera en la que decidamos vivir el presente. Septiembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 117/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a contemplar la Realidad no como una estructura fija, sino como un campo dinámico e ilimitado donde todas las posibilidades coexisten simultáneamente. Esta perspectiva desafía la noción de separación y nos sitúa como manifestaciones únicas, pero integradas, de un flujo absoluto. Cada pensamiento, emoción, decisión o acción que experimentamos no es un evento aislado, sino una expresión particular del dinamismo de la Realidad Absoluta. Este enfoque transforma nuestra comprensión de la individualidad, que deja de ser una barrera para convertirse en una conexión inseparable con la totalidad universal.

Juande Puerta destaca que la responsabilidad personal surge de nuestra capacidad innata para elegir, libre de dogmas externos como religiones o ideologías. Esta libertad implica que emociones como el miedo a la impermanencia o el apego a expectativas son opciones válidas, pero no únicas. Reconocer que estas experiencias coexisten con sus opuestos abre la posibilidad de elegir respuestas menos dolorosas. La inseguridad ante el cambio, por ejemplo, puede percibirse como un error o como una vivencia legítima dentro del espectro humano. Esta conciencia lúcida permite trascender el sufrimiento sin necesidad de buscar verdades absolutas o soluciones externas, pues lo Absoluto ya se manifiesta en el presente.

La integración de los opuestos, como propone Puerta, fomenta una actitud de respeto y tolerancia. Al aceptar que todas las experiencias son igualmente válidas dentro del proceso vivo de la Realidad, se disuelven los conflictos derivados de juicios o polarizaciones. Este reconocimiento no solo enriquece la relación con uno mismo, sino también con los demás, promoviendo una convivencia más comprensiva. En última instancia, vivir conscientemente en este flujo de posibilidades infinitas nos empodera para decidir cómo habitar el presente con mayor plenitud y autenticidad.

sábado, 6 de septiembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (108)

108/2025 -Nunca nada ni nadie ha estado siendo ni viviendo algo que, por muy ilusorio, aparente, efímero, cambiante, subjetivo e irrelevante que pareciera, ello no consistiera en Estar Siendo Realidad Absoluta. ¿Cómo vivir en armonía consciente con la Realidad Última -que está siendo todo- sin la aceptación consciente de que absolutamente cada posibilidad está siendo una manifestación de su infinita, simultánea y dinámica diversidad? Lo fenoménico no está siendo menos válido por estar siendo transitorio. Lo cotidiano y lo trascendente no están en oposición. El mundo fenoménico y/o de la cotidianidad, con su diversidad y transitoriedad, no es un velo que oculta la verdad, sino una manifestación viva y auténtica de la Realidad Misma. La desaparición o muerte de una manifestación siempre está sucedida de la aparición de otra, de modo que el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto siempre está cambiando y nunca se ve interrumpido.

Ante el planteamiento de que “si las formas fenoménicas son plenamente reales, ¿cómo se diferencia Brahman como Realidad Inmutable del flujo transitorio de maya?” Ahora mi respuesta es que esa cuestión sólo obedece a conjeturas y justificaciones mentales. Estar Siendo la Realidad Inmutable y estar siendo el flujo transitorio de maya no están siendo dos Realidades Absolutas distintas. ¿Qué diferencia puede haber entre Estar Siendo Realidad Absoluta y Estar Siendo Realidad Absoluta? La individualidad y lo universal no están separados, sino que cada particularidad o fenómeno está siendo simultáneamente una expresión singular y la totalidad misma que lo contiene. Reconocer lo fenoménico como una manifestación plena ofrece la posibilidad de vivir con una mayor coherencia y profundidad.

Asumir conscientemente que ningún fenómeno dejará de estar siendo una expresión legítima de la Realidad Absoluta, supondrá la disminución de las percepciones dualistas de bueno/malo, verdadero/falso, etc., y favorecerá una actitud de aceptación, de responsabilidad y de integración más profunda entre el estar siendo propio, el del entorno y el del resto del fluir de la Vida. Así mismo, abrazar la transitoriedad de los fenómenos cotidianos, no como pérdida o amenaza, sino como parte natural del dinamismo absoluto, ayudará a vivir con menos miedo a los cambios y al final definitivo de la transitoriedad de la existencia individual. Darse cuenta y aceptar (con y sin la ayuda de prácticas meditativas) que la realidad fenoménica o cotidiana está siendo una manifestación plena, y no un velo o un sueño a trascender, permitirá una vivencia más consciente, integral y armónica. Septiembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 108/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta nos invita a reconsiderar la relación entre lo fenoménico y la Realidad Absoluta, proponiendo que no existe separación entre lo transitorio y lo inmutable. Todo fenómeno, por efímero o cambiante que parezca, es una expresión plena de la Realidad Absoluta. Esta perspectiva disuelve la dualidad entre lo cotidiano y lo trascendente, revelando que el mundo fenoménico no es un velo que oculta la verdad, sino una manifestación viva de la misma.

Vivir en armonía consciente con esta Realidad implica aceptar que cada posibilidad, cada forma, es una expresión singular de la infinita diversidad de lo Absoluto. Lo fenoménico, lejos de ser ilusorio o menos válido, es la dinámica manifestación de la Realidad Inmutable. Esta comprensión elimina la necesidad de distinguir entre Brahman y maya como realidades opuestas, pues ambas son expresiones del mismo Estar Siendo. La individualidad y lo universal se entrelazan: cada fenómeno está siendo, simultáneamente, una particularidad y la totalidad.

Reconocer esta unidad fomenta una actitud de aceptación que trasciende juicios dualistas como bueno/malo o verdadero/falso. Al abrazar la transitoriedad de los fenómenos como parte del dinamismo absoluto, se reduce el miedo al cambio y a la muerte, entendiendo que la desaparición de una forma da paso a otra en el flujo ininterrumpido de la Vida. Prácticas meditativas pueden facilitar esta toma de conciencia, permitiendo experimentar lo cotidiano como una manifestación plena, no como un obstáculo a superar.

Vivir con esta perspectiva implica una mayor coherencia y profundidad, integrando nuestro ser con el entorno y el fluir de la existencia. Al aceptar cada fenómeno como una expresión legítima de la Realidad Absoluta, se cultiva una vida más consciente, armónica y libre de las limitaciones de la percepción dualista.

martes, 19 de agosto de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (102)

102/2025 -La resistencia a aceptar las contradicciones, los sinsentidos, los conflictos, etc., como expresiones legítimas y/o naturales de la Realidad genera un sufrimiento autoimpuesto, pues supone que se estará idealizando una versión de la existencia que no corresponde con la experiencia humana. No hay ni sucede absolutamente nada que no consista en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que la negación y/o el rechazo de cualquier tipo de experiencia suele llevar a una falta de empatía hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el mundo. Al resistirse al fluir natural de la Vida y/o de la experiencia cotidiana (cosa que incluye cada mínimo detalle del estar siendo personal), se perpetúan conflictos internos (culpa, miedo, frustración…) y externos (juicios, polarización, violencia…), ya que la no-aceptación implica una lucha contra sí mismo y contra aquello que ya está siendo/sucediendo (Realidad Absoluta). No estar siendo un estar siendo diferente del Estar Siendo Absoluto no significa que “a la vez” cada yo no esté siendo un estar siendo único.

La separación y el ego están siendo la misma Realidad Absoluta que cualquier otra posibilidad que pudiera estar siendo manifestada, percibida y experimentada. No hay ni sucede absolutamente nada que -sin excepción- estar siendo eso no consista “también” en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que no hay ni sucede absolutamente nada que pueda excluirse del estar siendo/sucediendo de todas las demás posibilidades. Aquello que posibilita que cada uno de nosotros podamos tomar decisiones y actuar sobre las condiciones de nuestra vida es que estar siendo cada uno de nosotros “también” consiste en estar siendo la Vida. Estar Siendo cada uno de nosotros y cada una de nuestras posibles manifestaciones, circunstancias, experiencias, etc., “también” consiste en Estar Siendo el Universo, la Vida, lo Absoluto…, de ahí que el cumplimiento de nuestros deseos y expectativas -igual que muchas de nuestras frustraciones- depende en gran medida de nuestras propias iniciativas y de nuestra determinación.

El reconocimiento de lo Absoluto y/o de que absolutamente todo cuanto pueda estar sucediendo -sin excepción e incluidas las ilusiones- consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta, facilitará la experiencia de un mayor bienestar fisiológico, emocional, psicológico y existencial. Precisamente porque estamos siendo uno con la Vida, en la experiencia cotidiana importan nuestras decisiones y nuestros actos. No se trata de esperar a que el Universo actúe por nosotros, sino de asumir la responsabilidad de reconocernos agentes activos de la Realidad. Cada uno de nosotros “a la vez también” estamos siendo el Universo, la Vida, la Realidad Absoluta…, manifestándose como estemos haciendo cada uno de nosotros en cada momento. Agosto-25
Juande Puerta.


Ensayo sobre la reflexión 102/2025 realizado con IA:


La reflexión de Juande Puerta plantea una invitación a reconsiderar nuestra relación con la experiencia humana en toda su complejidad. Según su visión, resistirse a las contradicciones, conflictos o aparentes sinsentidos de la vida supone construir una imagen idealizada de la existencia que no se ajusta a lo que realmente vivimos. Esa resistencia no sólo genera sufrimiento interno —culpa, miedo, frustración—, sino que también alimenta tensiones externas como el juicio, la polarización o la violencia. En otras palabras, al negar lo que ya está ocurriendo, nos enfrentamos inútilmente a la misma Realidad Absoluta que nos está constituyendo.


Para Juande Puerta, todo lo que existe —incluidos el ego, la separación o las ilusiones— forma parte del “Estar Siendo/Sucediendo Absoluto”. Nada queda fuera de ese fluir total. Reconocer esta unidad no significa renunciar a nuestra singularidad; cada persona sigue siendo una manifestación única dentro de la misma Realidad. Este reconocimiento tiene implicaciones profundas: si somos inseparables de la Vida y del Universo, entonces nuestras decisiones y acciones forman parte del despliegue mismo de lo Absoluto.


De ahí que aceptar plenamente cada aspecto de la experiencia, incluso lo incómodo, no implique pasividad. Al contrario, nos devuelve la responsabilidad sobre nuestra existencia. No se trata de esperar que “el Universo” resuelva por nosotros, sino de comprender que somos el propio Universo actuando a través de nuestras manos, palabras y elecciones. En este sentido, la aceptación no es resignación, sino un alineamiento lúcido con lo que ya es, que nos permite actuar con mayor claridad y empatía.


El resultado de tal reconocimiento, según Juande Puerta, es un bienestar más profundo: fisiológico, emocional y existencial. Al dejar de luchar contra lo que es, y al asumirnos como agentes activos de la misma Realidad Absoluta, vivimos con menos resistencia y más plenitud, integrando la totalidad de la experiencia humana como legítima y sagrada.

martes, 12 de agosto de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (100)

100/2025 -Darse cuenta de que “desde siempre” absolutamente todo ha estado consistiendo en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no elimina la visión de dualidad ni ninguna otra característica propia de la condición humana; sin embargo, puede facilitar un cambio de percepción y permitir vivirlo todo sin rechazo ni idealización. ¿Qué tipo de responsabilidad ética podría surgir de la no-aceptación íntegra de la Realidad? La responsabilidad ética forma parte de la condición humana, de ahí lo infundado del miedo a que el reconocimiento y la aceptación de que estamos siendo manifestaciones naturales del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto pudiera interpretarse erróneamente y así considerarnos libres de la demanda natural de actuar responsablemente. 

La responsabilidad ética es inherente al estar siendo/sucediendo humano y universal, de ahí que, por mucho que esa facultad pueda ser manipulada e instrumentalizada, su esencia no estará siendo impuesta externamente. La conciencia de que absolutamente todo cuanto existe y/o sucede -incluido nuestro estar siendo/sucediendo individual- consiste en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no nos libera de ninguna de las características naturales -ni de las positivas ni de las negativas- propias de la condición humana. Darse cuenta, reconocer y aceptar que estamos siendo manifestaciones individuales del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, no significa que vayamos a poder actuar sin tener en cuenta y/o sin conciencia de las consecuencias de nuestros actos. Darse cuenta, reconocer y aceptar que estar siendo cada uno de nosotros “a la vez” también consiste en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, supondrá que podamos vivir más conscientes de la Realidad, es decir, más conscientes de que no hay ni sucede nada que no consista en Estar Siendo Realidad Absoluta.
 
Aceptar que la experiencia de la condición humana conlleva implícita la percepción de todo eso que se está percibiendo y viviendo, no consiste en nada más que en la aceptación de que sí está sucediendo todo eso que -incluidos los pensamientos, las emociones y las reacciones contradictorias- está sucediendo en cada instante. Sin el reconocimiento de la integridad de la Realidad tampoco puede avanzarse en la experiencia de la reconciliación entre el estar siendo/sucediendo personal y el estar siendo/sucediendo universal. Las contradicciones y los conflictos humanos también están siendo expresiones legítimas o naturales de la Realidad Absoluta, de modo que su aceptación no implica resignación pasiva, sino un reconocimiento activo que puede aportar seguridad, fortaleza y equilibrio emocional. Agosto-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 100/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta nos invita a contemplar la existencia desde una perspectiva no dualista, donde todo, incluida nuestra individualidad, es una manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Esta comprensión no elimina las características inherentes a la condición humana, como la percepción dual o las contradicciones, pero sí puede transformar nuestra relación con la Realidad, permitiéndonos vivir sin rechazo ni idealización. En este marco, surge la pregunta sobre la responsabilidad ética que implica aceptar o no esta Realidad Absoluta.

La no-aceptación íntegra de la Realidad puede generar una responsabilidad ética fragmentada. Al rechazar aspectos de la existencia —como el dolor, el conflicto o la dualidad— se corre el riesgo de actuar desde una perspectiva limitada, perpetuando divisiones y juicios que alimentan el sufrimiento. Esta negación podría llevar a decisiones éticas basadas en el egoísmo, la exclusión o la instrumentalización de los demás, al no reconocer que todo forma parte de un mismo tejido existencial. Por el contrario, aceptar que somos manifestaciones del Estar Siendo Absoluto implica asumir una responsabilidad ética intrínseca, no impuesta externamente, sino surgida de nuestra naturaleza como seres humanos conscientes.

Esta aceptación no nos exime de las consecuencias de nuestros actos, sino que nos invita a actuar con mayor conciencia de la interconexión de todo lo que existe. Reconocer que las contradicciones humanas también son expresiones legítimas de la Realidad no implica pasividad, sino un compromiso activo con el equilibrio y la empatía. Así, la responsabilidad ética se fortalece al vivir alineados con esta verdad, promoviendo acciones que reflejen armonía y respeto por el todo. La reconciliación entre lo personal y lo universal, entonces, no solo es posible, sino que se convierte en un pilar para una ética consciente y transformadora.

sábado, 12 de julio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (090)

090/2025 -No hay distinción entre lo personal y lo universal, entre lo transitorio y lo eterno…, porque -a la vez- aquello que se percibe siendo lo uno también está siendo aquello que se percibe siendo lo otro y viceversa. ¿Para qué sería necesaria la creencia de la existencia de un alma individual que trascendiera el fenómeno de la desaparición de su vehículo, salvo para poder justificar la resistencia a aceptar que -incluida esa creencia- no hay ni sucede “absolutamente nada” que no consista en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto? ¿Qué Realidad Absoluta podría estar siendo aquella que no consistiera en estar siendo todo -sin excepción- cuanto está sucediendo en cada instante, incluida la aparición y la desaparición del ego, del cuerpo y de la mente?

La idea de la existencia de un yo verdadero e inmortal, por muy natural que esté siendo, también supone una sofisticada y sutil modalidad de apego y de negación de la Realidad Absoluta. Esta creencia —aparentemente espiritual— puede funcionar como un último refugio del ego, incapaz de reconocer y de aceptar la completa disolución de su existencia. El deseo de trascendencia individual, a menudo consiste en una estrategia de evasión ante la incertidumbre del discurrir de la Realidad, de ahí lo fácil que resulte la adhesión a sus diferentes formas de instrumentalización. En lugar de asumir que estamos siendo parte de la fugacidad de la vida que estamos viviendo, muchos egos inventan una continuidad post mortem que les permita seguir sintiéndose seguros, especiales y protagonistas, incluso más allá del cuerpo.
 
Sin embargo, puesto que todo está siendo expresión del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, también lo estará siendo la afinidad y la aversión hacia todo ese conjunto de creencias. Aquí y ahora, opino que convertir en verdad incuestionable la creencia de la existencia del alma personal implica un rechazo —consciente o no— a la dimensión impersonal y transitoria del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Paradójicamente, mientras unos egos no conciben la libertad sin imaginar la existencia de una inmortalidad individual, para otros la libertad consiste en entregarse al misterio sin necesidad de sostener ninguna forma definida de identidad. La aceptación de la impermanencia y la disolución del estar siendo individual, abre la posibilidad de vivir plenamente en el presente (Realidad Absoluta), a la vez que potencia la capacidad de reducir el sufrimiento generado por el rechazo y el miedo a lo inevitable. Julio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 090/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta plantea una profunda disolución de los límites entre lo personal y lo universal, lo transitorio y lo eterno. Desde esta perspectiva no dual, no existe una separación real entre lo que creemos ser como individuos y aquello que denominamos Realidad Absoluta. Todo está siendo una misma manifestación: el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. En este marco, la creencia en un alma individual que trasciende la muerte se revela como una forma más de apego, una estrategia sutil del ego para evitar la aceptación radical de la impermanencia.

Juande Puerta sugiere que incluso las ideas más elevadas y espirituales, como la de un "yo verdadero" que perdura más allá del cuerpo, pueden ser refugios del miedo a la disolución. El deseo de continuidad post mortem no sería más que una forma de negar la verdad profunda de que todo —sin excepción— está siendo en constante cambio, sin necesidad de sostener una identidad fija o eterna. Esta forma de evasión, aunque parezca espiritual, acaba reforzando la ilusión de separación entre el individuo y el todo.

Aceptar la desaparición del ego, del cuerpo y de la mente como parte del flujo impersonal del Ser abre, paradójicamente, la puerta a una libertad más auténtica: la de vivir plenamente el Presente sin necesidad de sostener creencias que nos aseguren una trascendencia futura. La entrega al misterio, sin querer nombrarlo o poseerlo, es lo que Juande Puerta sugiere como verdadera liberación. En última instancia, abrazar la impermanencia es un gesto de rendición a lo que ya está siendo, a esa totalidad sin fisuras que no necesita justificación ni garantía de permanencia: la Realidad Absoluta en su estar sucediendo aquí y ahora.

jueves, 10 de julio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (089)

089/2025 -Entre las características que se le podrían atribuir al ego y/o al efecto de la identificación conciencial con un yo personalizado, también debería incluirse la creencia en la existencia de un alma individual que pudiera trascender y/o continuar existiendo más allá de la muerte y la desaparición del cuerpo. La identificación conciencial con una identidad individual, separada, con nombre, historia y características propias (ego), no tiene porqué -como sostienen tradiciones como el Advaita Vedanta, el budismo o ciertas corrientes del no-dualismo- estar siendo una ilusión que debe ser trascendida para poder experimentar la Verdad y/o la Realidad Última. El suceder de la experiencia de estar siendo un yo particular también está siendo una manifestación absolutamente natural del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. ¿De dónde puede surgir el apego a lo mio y a cualquier otra forma de existencia, sino del apego a la idea que se tenga acerca de sí mismo?
 
Estar siendo una ola no hace que “a la vez” no se esté siendo océano y agua. La idea de la existencia de un alma individual, que pudiera trascender a la muerte, no solo consiste en una manera más sutil o refinada de continuar sosteniendo la creencia en un yo separado y proyectado en el más allá; también suele utilizarse a modo de justificación y de instrumentalización del devenir de todo aquello que el ego no alcanza a comprender ni a aceptar. Aunque el fenómeno del ego y/o de la identificación conciencial con la existencia del yo personal esté siendo natural y necesaria para la supervivencia y el desarrollo de cada individualidad, ello no implica su inmortalidad. En la Vida no dejan de suceder cosas, precisamente porque la Vida y/o la Realidad Absoluta consiste en el estar siendo/sucediendo de absolutamente todo cuanto -incluidos cada uno de nosotros y de todas nuestras experiencias- está sucediendo en cada instante.

La auto-creencia de estar siendo un alma inmortal actúa como un recurso legítimo del ego ante la incertidumbre, el miedo o la falta de entendimiento sobre la realidad, el sufrimiento o el destino final. En vez de enfrentar directamente esas incógnitas o aceptar la finitud y la impermanencia, el ego utiliza esta creencia como una explicación que le permite mantener su sentido de identidad y control, así como para darle sentido a lo que le resulta incomprensible o doloroso. Paradójicamente, la resistencia al reconocimiento y la aceptación de que Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en -incluida la desaparición de los individuos y/o del alma individual- absolutamente todo cuanto está siendo/sucediendo en cada aquí y ahora, supone el refuerzo de las ideas que supuestamente se estuvieran deseando soltar, superar, trascender. Julio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 089/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta ofrece una profunda mirada no-dualista sobre el ego y la creencia en el alma individual. Desde esta perspectiva, el ego no es solo la identificación con un yo separado, sino también la raíz de la creencia en una entidad personal que trasciende la muerte: el alma. Esta idea, lejos de ser una simple búsqueda espiritual, se revela como una proyección más del ego, un intento de mantener su continuidad ante la amenaza de la finitud.

El Advaita Vedanta y otras corrientes no-dualistas coinciden en que la identidad individual, con su nombre, historia y deseos, es una ilusión, pero Juande Puerta matiza esta visión: no se trata de negar la experiencia del yo, sino de entenderla como una manifestación más del Estar Siendo Absoluto. Así, el yo no debe necesariamente ser eliminado, sino reconocido como parte del flujo natural de la Realidad. Estar siendo una ola no niega que también se está siendo agua y océano.

La creencia en un alma eterna, según Juande Puerta, no es sino un recurso del ego para resistirse a lo incomprensible. En lugar de aceptar la impermanencia y el misterio de la existencia, el ego proyecta una continuidad ilusoria, manteniendo así su control sobre lo que escapa a su comprensión. Esta estrategia, paradójicamente, refuerza el apego a aquello que se pretende trascender.

Aceptar que la Realidad Absoluta incluye también la desaparición del individuo es abrirse a la plenitud del presente, donde todo —incluido el yo— está siendo sin garantía de permanencia. Soltar la creencia en un alma inmortal no es negar la espiritualidad, sino liberarla del control del ego, permitiendo que la conciencia se reconozca como parte inseparable del fluir absoluto de la vida.

domingo, 6 de julio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (087)

087/2025 -El reconocimiento y la aceptación de que absolutamente todo cuanto está sucediendo consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta no excluye ninguna posibilidad, por tanto, tampoco ninguna de las posibles demandas éticas del mundo cotidiano. Sin embargo, algún día tendrá que reconocerse la trampa que supone la afiliación a la idea de que existen fórmulas mágicas que podrían servir para convertir la experiencia humana en aquello que las mentes pudieran pretender. Desde mi punto de vista, no es tanto que para transformar algo “sea suficiente” con aceptarlo todo, sino que el primer e imprescindible paso para luego poder actuar en post de cambiar algo, consiste en la aceptación de eso y también de todo lo demás que esté sucediendo (Realidad Absoluta). ¿Desde cuándo la resistencia al reconocimiento y la aceptación de algo que está siendo percibido y vivido, ha servido para cambiar la experiencia de eso que se está negando?

El miedo humano a la posibilidad de caer en la indiferencia, la pasividad, la resignación, la irresponsabilidad ética, etc., nunca podría nacer de la aceptación de que nada puede suceder que no consista en Estar Siendo Realidad Absoluta. Todas aquellas capacidades (igual las de un signo, como las del signo contrario) propias de cada estar siendo/sucediendo individual, además de cualidades personales también estarán siendo expresiones directas de nuestra dimensión universal, de ahí que nunca estará en nuestra mano poder transformarlo todo. El reconocimiento y la aceptación de que todo Está Siendo Realidad Absoluta no cambiará -ni para bien ni para mal- las condiciones y las cualidades propias de nuestra naturaleza; sin embargo, la comprensión o conciencia de que estamos siendo la misma vida que estamos viviendo, facilitará una percepción y una experiencia más armónica y equilibrada.

La aceptación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no transforma las capacidades propias de nuestra naturaleza (pensar, sentir, juzgar, elegir, preferir, actuar, desear…) por tanto, tampoco debería temerse que pueda anular la facultad de asumir compromisos y responsabilidades. Las vivencias humanas están siendo reflejos de un Todo Absoluto que incluye a los opuestos y al resto de las posibilidades, de ahí la relatividad y la impermanencia de nuestras consideraciones éticas. ¡La ética y los juicios morales siempre estarán siendo relativos y cambiantes! El reconocimiento de que todo “está sucediendo” dentro de una totalidad impersonal, ayudará a sentir calma y confianza, pero no eliminará nuestras particularidades humanas, es decir, nuestra psicología, nuestro cuerpo y nuestras relaciones. Julio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 087/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a una comprensión profunda de la existencia al proponer que todo cuanto acontece es una manifestación de la Realidad Absoluta. Este reconocimiento no implica pasividad ni indiferencia, sino que constituye el primer paso para cualquier transformación significativa. Aceptar la realidad no significa resignarse, sino situarse en una posición de claridad desde la cual es posible actuar con mayor armonía.

La resistencia a aceptar lo que es —lo que está siendo— suele surgir del miedo a perder el control o a caer en la indiferencia ética. Sin embargo, Juande Puerta argumenta que este temor es infundado, ya que la aceptación de la Realidad Absoluta no anula las capacidades humanas de pensar, sentir, decidir, actuar o relacionarse. Al contrario, al comprender que somos parte de una totalidad que incluye todos los opuestos, se abre la posibilidad de una percepción más equilibrada, libre de la lucha interna que genera la negación de lo que sucede.

La ética, según esta perspectiva, no queda anulada, pero se reconoce como relativa y cambiante, reflejo de la impermanencia inherente a la experiencia humana. La aceptación de que todo está siendo Realidad Absoluta no elimina las responsabilidades ni los compromisos, sino que los contextualiza dentro de una visión más amplia, donde nuestras acciones y juicios son expresiones de una naturaleza universal y particular a la vez.

Así, la calma y confianza que emergen de esta comprensión no suprimen nuestras particularidades psicológicas, corporales o relacionales, sino que las integran en un marco de mayor coherencia. Aceptar la Realidad Absoluta no transforma la esencia de lo humano, pero sí facilita una vida más consciente, donde la acción ética surge desde la claridad y no desde la resistencia.

sábado, 28 de junio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (084)

084/2025 -Nuestras reacciones y nuestros actos estarán siendo posteriores a la percepción y la aceptación de que está sucediendo aquello que estará motivándolos, por tanto, ¿qué motivaría el miedo a caer en la pasividad y la indiferencia ante el sufrimiento, la violencia, las injusticias, etc., que se estuvieran observando y experimentando? El re-conocimiento y la aceptación de que Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en el estar siendo/sucediendo simultáneo de absolutamente todas y cada una de las posibilidades, nunca podría suponer la difuminación de nuestro estar siendo/sucediendo individual; en lugar de eso, re-conocernos y/o re-conocer que -a la vez- estamos siendo individualidad y universalidad, seguramente facilitaría la posibilidad de reducir la intensidad del miedo a la transitoriedad de nuestro yo personalizado.

Darse cuenta, aceptar y re-conocer “conscientemente” que nuestra individualidad está siendo una efímera manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, no transformaría nuestra naturaleza ni haría que desaparecieran las condiciones que determinan nuestras vivencias particulares. La conciencia de estar siendo un yo individual (ego) origina el temor a la posibilidad de dejar de existir; sin embargo, la comprensión de que estar siendo ese personaje también consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta, puede hacer que nuestros miedos y el resto de características se perciban y se vivan como expresiones absolutamente naturales. El Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no consiste en estar siendo algo determinado y supremo, sino un campo infinito de posibilidades coexistiendo y manifestándose simultáneamente.

Nuestra individualidad está siendo el suceder de una manifestación transitoria, pero -a la vez- también está siendo parte del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Re-conocer la esencia de nuestra naturaleza no borrará nuestra individualidad, sino que puede ayudarnos a vivirla con menos miedo, menos apego y con más confianza y plenitud. Asumir que el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto incluye el estar siendo/sucediendo transitorio de cada uno de nosotros y de nuestras experiencias no implica la justificación de la injusticia ni la renuncia a la responsabilidad de actuar para conseguir mejores condiciones de vida. Aceptar el sufrimiento, el dolor y las decepciones como parte del suceder y/o el discurrir de la existencia no nos impide actuar para aliviar esas experiencias, más bien nos impulsa a actuar más libres de resistencias o juicios paralizantes. Junio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 084/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a explorar la aparente paradoja entre nuestra existencia individual y nuestra conexión con el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, un campo infinito donde todas las posibilidades coexisten. Este reconocimiento no diluye nuestra individualidad, sino que la enriquece al liberarnos del miedo a la transitoriedad del "yo". Al comprender que nuestro ego, con sus temores y deseos, es una manifestación efímera pero intrínseca de la Realidad Absoluta, podemos vivir con menos apego y mayor plenitud.

El miedo a la pasividad ante el sufrimiento o la injusticia surge de la identificación exclusiva con el yo individual, que teme su disolución o irrelevancia. Sin embargo, aceptar que somos simultáneamente individualidad y universalidad disminuirá esa resistencia. Esta conciencia no nos condena a la indiferencia; al contrario, nos impulsa a actuar con mayor libertad, sin el peso de juicios paralizantes. El Estar Siendo Absoluto no justifica la inacción frente a la violencia o el dolor, sino que nos permite responder a estas experiencias como partes naturales del suceder, sin aferrarnos al sufrimiento ni negarlo.

Reconocer nuestra naturaleza dual no elimina las condiciones particulares de nuestra vida, sino que transforma nuestra relación con ellas. El dolor, la injusticia o el miedo no desaparecen, pero se perciben como expresiones transitorias de un todo mayor. Esta perspectiva nos dota de una confianza que no depende de la permanencia del yo, permitiéndonos actuar con responsabilidad para mejorar las condiciones de vida, no desde la culpa o el temor, sino desde una aceptación profunda que abraza tanto lo efímero como lo eterno.

En última instancia, vivir desde esta comprensión nos invita a una danza consciente entre lo individual y lo absoluto, donde cada acto, por pequeño que sea, refleja la plenitud de ser.

lunes, 23 de junio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (082)

082/2025 -La Realidad Absoluta no excluye nada, ni siquiera la resistencia a aceptarla. Las posibilidades de no darse cuenta y de no aceptar que Realidad Absoluta está siendo absolutamente todo cuanto está sucediendo, también están siendo Realidad Absoluta.

Puesto que está sucediendo, la reacción del miedo a reconocer que la aceptación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no tiene porqué suponer justificación, pasividad ni indiferencia, estará siendo tan natural y aceptable como cualquier otra respuesta posible. Las consideraciones éticas, morales, religiosas, políticas, culturales, etc., referentes a “lo que debería o no debería suceder” nunca cambiarán la Realidad, porque la Realidad consiste en estar siendo exactamente todo eso que está sucediendo.
 
Lo que debería suceder, igual que lo que no debería suceder, no puede no estar siendo lo que está sucediendo (Realidad Absoluta); la opinión de lo que debería suceder, igual que la opinión de lo que no debería suceder, corresponden a consideraciones individualizadas a partir de la percepción y del juicio egocéntrico de la Realidad y/o de lo que está sucediendo. Aceptar lo que sucede no significa que no se tenga que hacer nada que ayude a evitar que vuelva a suceder algo que se perciba doloroso, violento, discriminatorio, injusto. ¿Cómo podría transformarse algo que se percibe negativo y perturbador, sin el reconocimiento y la aceptación previa de que eso está sucediendo?
 
No hay separación entre nuestro estar sucediendo personal, el estar sucediendo de nuestras manifestaciones y el resto del estar sucediendo universal. Lo personal y lo impersonal están siendo uno, pero no porque solo uno están siendo, sino porque lo personal y lo impersonal están siendo a la vez. El suceder del hecho de que la inmensa mayoría de los estar siendo/sucediendo humanos vivamos inmersos en la creencia y/o en la conciencia de la fragmentación del yo, del mundo y de los conflictos cotidianos, está siendo algo tan natural como el consiguiente suceder del deseo de perfeccionamiento y de unificación. Puesto que el estar siendo de todas y de cada una de las particularidades está sucediendo a la vez, la Unidad Universal e Indiferenciada (Realidad Absoluta) incluye -sin excepción- la singularidad de absolutamente todas las percepciones, de todas las reacciones, de todas las experiencias y de todas las transformaciones posibles.

No se trata de disolver la visión de que cada uno de nosotros estamos siendo una persona concreta con una vida única, sino de darse cuenta, reconocer y aceptar que estar siendo eso no está sucediendo al margen del resto del Estar Sucediendo Universal, Natural y/o Absoluto. El reconocimiento y la aceptación de todo cuanto está sucediendo no pude dejar fuera el reconocimiento y la aceptación -absolutamente naturales- de cada una de nuestras posibles reacciones y tampoco de ninguna de nuestras posibles aspiraciones. Junio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 082/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta sobre la Realidad Absoluta invita a una comprensión profunda de la existencia, donde todo lo que sucede, sin excepción, forma parte de una totalidad indivisible. La Realidad Absoluta no discrimina: incluye tanto la aceptación como la resistencia a reconocerla. Esta idea desafía la percepción fragmentada del yo y el mundo, proponiendo que incluso el miedo, la negación o los juicios éticos y morales son manifestaciones naturales de esa realidad.

Aceptar la Realidad Absoluta no implica pasividad ni indiferencia ante el sufrimiento o la injusticia. Al contrario, el reconocimiento de lo que sucede es el primer paso para transformarlo. Sin aceptar que algo doloroso está ocurriendo, ¿cómo podríamos actuar para mitigarlo? Esta aceptación no justifica lo negativo, sino que lo integra como parte del acontecer universal, permitiendo una respuesta consciente y activa.

Juande Puerta subraya que lo personal y lo impersonal coexisten en la Realidad Absoluta. Nuestra singularidad como individuos, con nuestras percepciones, reacciones y aspiraciones, no está separada del Estar Sucediendo Universal o Absoluto. La creencia en la fragmentación, tan arraigada en la experiencia humana, es tan natural como el anhelo de unificación y perfeccionamiento. Esta paradoja es clave: la Unidad Universal abarca todas las particularidades sin anularlas.

Reconocer que nada puede estar sucediendo sin estar siendo Realidad Absoluta, no disuelve nuestra identidad personal, sino que la sitúa en un contexto más amplio, donde cada experiencia, reacción o deseo está siendo una expresión del Estar Sucediendo Universal. Esta perspectiva nos libera de la lucha contra lo que es, permitiéndonos actuar desde la claridad y la compasión. En última instancia, el reconocimiento de que todo está siendo Realidad Absoluta nos invita a vivir plenamente, abrazando tanto nuestra unicidad como nuestra conexión con el todo