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miércoles, 10 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (147)

147/2025 -La opción individual o social de “negar la realidad de lo que ya está siendo/sucediendo” pasa a convertirse en una experiencia que inevitablemente tendrá que ser vivida, porque en el mismo instante que se produce esa respuesta también se convierte en Estar Siendo Realidad. La contradicción que supone la negación y/o la resistencia ante el estar siendo/sucediendo genera efectos que se materializan en forma de actualización instantánea de la realidad. Negar la autenticidad de cualquier manifestación de la realidad puede servir de defensa ante el dolor, el miedo, la culpa, la ansiedad, etc., pero, al mismo tiempo, la incoherencia de esa reacción también supondrá un desgaste emocional importante. La Realidad consiste en el estar siendo/sucediendo simultáneo de absolutamente todo -sin excepción- cuanto esté siendo/sucediendo en cada instante, de ahí que negar cualquier expresión que esté sucediendo, no elimina eso, sino que distorsiona la percepción y dificulta una respuesta más lúcida y responsable.

Muchas tradiciones no duales buscan trascender o eliminar aspectos de la existencia humana que se consideran negativos o ilusorios; sin embargo, ¿cuál suele ser el resultado de la ética y de la espiritualidad que buscan separar la existencia de una verdad idealizada del estar siendo/sucediendo cotidiano? El flujo continuo y cambiante de experiencias (causas y efectos, apariciones y desapariciones…) no puede estar siendo un fallo ni obedecer a un plan moral superior, sino el despliegue natural y espontáneo de la Realidad y/o la Vida. Ninguna experiencia puede no estar suponiendo una actualización del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí la responsabilidad inherente en cada una de nuestras decisiones personales y sociales.

Absolutamente todo —desde el latido de nuestro corazón hasta el conflicto geopolítico más brutal— está siendo, sin excepción, manifestación de la Realidad Absoluta. Dividir la experiencia entre “lo que debería ser” y “lo que está siendo”, origina la base energética del victimismo, la culpabilidad y todo tipo de conflictos internos. Aquello que se resiste (todo consiste en estar siendo realidad) persiste y se amplifica; sin embargo, aquello que se reconoce y acepta conscientemente no interrumpe el fluir natural, porque entonces ya no le oponemos la violencia de la negación. No es cierto que exista un “yo defectuoso” que deba ser pulido para que pueda vivir plenamente la Realidad; sencillamente el estar siendo de cada yo -sin excepción- ya está siendo Realidad Absoluta en modo humano. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 147/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta propone una comprensión radical de la realidad: todo lo que ocurre —interno o externo, individual o colectivo— ya forma parte del Estar Siendo y, por tanto, no puede ser negado sin consecuencias. La negación, lejos de borrar aquello que nos incomoda, se convierte ella misma en un nuevo hecho dentro del flujo de la experiencia. Así, resistirse a lo que sucede añade una capa adicional de tensión, incoherencia y desgaste emocional, porque exige mantener una división artificial entre la realidad y nuestra interpretación idealizada de ella.

Desde esta perspectiva, el sufrimiento generado por la resistencia no proviene tanto de los hechos en sí, sino de la fricción entre lo que es y lo que creemos que “debería ser”. Juande Puerta señala que muchas corrientes espirituales —especialmente algunas no duales interpretadas de manera reduccionista— intentan negar o trascender aspectos de la existencia humana considerados “impuros”, “ilusorios” o “inferiores”. Sin embargo, esa aspiración a una pureza idealizada suele desembocar en una ética fragmentada: separamos lo luminoso de lo oscuro, lo aceptable de lo rechazable, lo espiritual de lo cotidiano. El resultado es una brecha interior que alimenta la culpa, el autoengaño y una incapacidad para responder con lucidez a lo que efectivamente está ocurriendo.

Aceptar que todo —desde un pequeño gesto hasta las dinámicas colectivas más violentas— está siendo expresión de la Realidad Absoluta no implica justificar moralmente cualquier acción, sino reconocer que nada queda fuera del entramado de causas, efectos y decisiones. En esa aceptación surge una responsabilidad más profunda: al ver cada experiencia como actualización de la realidad, nuestras respuestas dejan de estar guiadas por la negación y empiezan a orientarse hacia la comprensión y la coherencia.

Finalmente, la idea de un “yo defectuoso” se disuelve. Cada individuo, con su historia y sus contradicciones, ya está siendo plenamente Realidad en forma humana. No se trata de pulirse para merecer la vida, sino de reconocer que ya estamos inmersos en ella de manera total. En esa comprensión, lo que antes se resistía comienza a fluir.

lunes, 8 de diciembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (146)

146/2025 -Aceptar “consciente y activamente” lo que está siendo/sucediendo —lo mismo en su dimensión particular, social y universal— es crucial para el progreso personal y de la humanidad; el empoderamiento, al que los individuos podemos “acceder” sin la necesidad ineludible de vivir atrapados en una agotadora actitud de lucha y de control, emerge directamente de la aceptación consciente y activa de que -comenzando por el hecho de nuestra propia existencia- no hay ni sucede absolutamente nada que no esté consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta. Reconocer “consciente y activamente” que podemos elegir la manera en que nos relacionamos con nuestros estados internos, acontecimientos externos y vínculos humanos (Realidad), también facilitará que nuestras respuestas fluyan desde la empatía con la Vida y con la aceptación de nuestra parte de responsabilidad.
 
La experiencia de la existencia humana no está separada del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. ¡La iluminación espiritual y/o el despertar de la conciencia equivale al darse cuenta, el reconocimiento y la aceptación de que “nunca hay ni sucede nada” que -incluida la existencia de cada individuo- no esté consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta! No hay un mundo por un lado y una Realidad, una Vida, un Dios o una Conciencia Superior por otro, sino una sola Realidad desplegándose en infinitud de formas y estados cambiantes, que incluye la existencia y las experiencias de cada individuo. Realidad Absoluta “en modo humano” también está siendo cada una de nuestras posibles expresiones egoicas, nuestras limitaciones y todas las contradicciones posibles. Aquí y ahora discrepo de las espiritualidades e ideologías políticas, culturales, etc., que parten de la idea de que la condición humana debe ser corregida desde la creencia en un ideal dogmático y superior.

La tarea de una ética y/o de una espiritualidad saludable, lúcida y coherente no sería la de corregir la condición humana, sino de comprenderla y asumirla plenamente, integrando también todo aquello que -según conveniencias puramente egoicas- unas veces sí y otras no, solemos considerar negativo. Absolutamente nada puede estar siendo/sucediendo (interno o externo) sin que ello -sin excepción- no esté consistiendo en una manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí la imposibilidad de eludir la experiencia de los efectos resultantes (culpa, miedo, victimismo, conflicto…) de la opción de negar su autenticidad. Negarse a aceptar la legitimidad de cualquier posible expresión de la Realidad pasará a convertirse en una expresión más de la Realidad que se esté siendo y viviendo. Diciembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 146/2025 realizado con IA:


La propuesta de Juande Puerta invita a reconsiderar radicalmente nuestra relación con la experiencia humana. En su planteamiento, la aceptación “consciente y activa” de lo que está siendo —en lo personal, lo social y lo universal— constituye la clave para un verdadero empoderamiento. Este empoderamiento no surge del esfuerzo por controlar o dominar la realidad, sino de reconocer que todo cuanto ocurre, incluida nuestra propia existencia, está consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta. Así, la lucha constante por corregir, mejorar o resistir deja paso a una comprensión más profunda y serena de la Vida como despliegue unitario.

Desde esta perspectiva, no se trata de resignarse sino de asumir la responsabilidad de elegir cómo nos relacionamos con nuestros estados internos, con los hechos externos y con los demás. La aceptación activa amplía nuestro margen de libertad: al dejar de oponernos a lo que está siendo, nuestras respuestas pueden brotar desde la empatía y la lucidez, no desde el miedo o la compulsión. La conciencia despierta reconoce que la experiencia humana —con sus luces y sombras— no está separada de lo Absoluto, sino que lo encarna en formas y situaciones infinitas.

Juande Puerta cuestiona las espiritualidades e ideologías que buscan “corregir” al ser humano desde modelos ideales, dogmáticos o moralizantes. Para él, una ética y una espiritualidad genuinas no consisten en perseguir un estado perfecto, sino en comprender, integrar y asumir plenamente la totalidad de nuestra condición, incluidas limitaciones, contradicciones y aspectos que solemos etiquetar como negativos. Rechazar cualquier expresión de la Realidad no elimina su existencia: la convierte, paradójicamente, en otra manifestación más de aquello mismo que se intenta negar. De ahí que el despertar espiritual equivalga a reconocer que nunca sucede nada fuera de la Realidad Absoluta. En esa comprensión, la vida deja de ser un campo de batalla y se convierte en un proceso de integración consciente, donde cada experiencia —agradable o incómoda— es afirmación viviente de la misma Realidad que estamos siendo.

viernes, 21 de noviembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (139)

139/2025 -La conciencia de estar siendo un yo individual conlleva implícita la conciencia de estar siendo un yo diferenciado y distanciado de lo demás, por tanto, “de forma absolutamente natural y simultánea” ello también implica la percepción y la experimentación egocéntrica (yo) y dualista (yo y lo otro) de la Realidad. En la condición humana no hay error, imperfección, defecto, culpa espiritual ni deuda kármica. Percibimos y experimentamos el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto (Realidad, Vida, etc.,) exactamente como corresponde a nuestra naturaleza. No es ningún fallo que “mientras estamos vivos”, es decir, con conciencia de estar existiendo, nuestro estar siendo/sucediendo discurra de la manera y/o con las particularidades humanas que esté haciéndolo en cada momento y situación.

Intentar manipular esta realidad o juzgarla como "incorrecta" es, paradójicamente, otra manifestación de esa misma realidad. ¡La experiencia humana no está siendo una manifestación de la Realidad que deba ser corregida ni de la que debamos escapar! Sin más, la experiencia humana está siendo la experiencia humana. La aparición de la conciencia individual o identificada (“yo soy”) además de generar la percepción personificada y dualista de la Realidad, etc., también origina los dos grandes conceptos que sostienen la identificación de esa construcción mental: el ego (el “yo” limitado, mortal y personificado) y el alma (el “yo” esencial, inmortal y espiritual).

Sentirse un ego, con todo lo que ello supone, igual que creerse un alma inmortal, simplemente están siendo condiciones esenciales -ni buenas, ni malas, ni ilusorias- de nuestra naturaleza. No hay imperfección en percibirnos y sentirnos limitados, carentes, ignorantes…, al mismo tiempo que podemos creemos almas eternas y sabias. ¡Más allá de la experiencia de la existencia humana no hay existencia humana! La experiencia de la existencia humana consiste en exactamente todo eso que se esté viviendo aquí y ahora…, y de la manera exacta que todo eso esté siendo vivido en cada instante. Noviembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 139/2025 realizado con IA:

Juande Puerta propone una visión liberadora: la condición humana no es un error, una caída ni una deuda que haya que saldar. No existe imperfección esencial, culpa espiritual ni karma que expiar. Lo que llamamos “sufrimiento”, “limitación” o “ignorancia” no son defectos de la Realidad, sino la forma exacta y necesaria en que el Estar Siendo Absoluto se manifiesta cuando aparece la conciencia individual.

Desde el instante en que surge el “yo soy”, la Realidad necesariamente se percibe de modo dualista y egocéntrico. Ese “yo” frente a “lo otro” no es un fallo del sistema: es el sistema mismo funcionando tal como le corresponde funcionar en la modalidad humana. El ego —limitado, temeroso, mortal— y el alma —eterna, luminosa, espiritual— no son dos creencias opuestas ni una verdadera y la otra falsa; son las dos caras inevitables de la misma identificación. Creerse un ego frágil y, al mismo tiempo, intuirse un alma inmortal es la textura misma de la experiencia humana, ni correcta ni incorrecta, ni ilusoria ni real en términos absolutos.

Juzgar esta experiencia como “insuficiente” o pretender trascenderla, corregirla o escapar de ella es, paradójicamente, otra expresión de esa misma experiencia. El buscador espiritual que rechaza el ego, el meditador que quiere “disolver el yo”, el moralista que condena los deseos: todos están haciendo exactamente lo que la condición humana hace cuando se vive a sí misma con intensidad.

No hay nada que sanar porque nada está roto. No hay a dónde ir porque ya estamos aquí. La vida humana, con su carencia y su grandeza, con su confusión y sus destellos de lucidez, es la Realidad manifestándose sin resto ni descuento. Más allá de esta experiencia no hay otra experiencia humana posible, porque la experiencia humana consiste precisamente en esto que está sucediendo ahora: esta respiración, este pensamiento, esta emoción, esta aparente separación… exactamente así. Aceptar esto no es resignación; es reconocimiento. Y en ese reconocimiento, la identificación se afloja sin esfuerzo, no porque se la combata, sino porque se ve que nunca hubo nada que combatir.

jueves, 30 de octubre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (130)

130/2025 -La conciencia del estar siendo/sucediendo individual no está separada del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, sino que está siendo una de sus infinitas formas de expresión. El ego está cumpliendo una función natural dentro del proceso universal de manifestación de la Realidad. Reconocernos parte inseparable del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, en algunos casos quizás podría ayudar a menguar la ansiedad y el temor ante la inevitable y definitiva desaparición de nuestra conciencia de individualidad. Igual que apareció, la existencia de la conciencia de estar siendo un yo único también desaparecerá para siempre, y con ello los conflictos que suele generar “la identificación exclusiva” con esa manifestación cambiante y transitoria de la Realidad.
 
Cuando la conciencia se limita a la perspectiva del yo egoico, generalmente predomina la sensación de carencia, la culpa, el miedo, el victimismo, la tristeza, etc., pero estos fenómenos estarán siendo tan naturales, legítimos y útiles para el autoconocimiento y la evolución natural como los que correspondan a una percepción consciencial basada en el reconocimiento y la aceptación de la simultaneidad y la diversidad de la Realidad. Sin la aceptación del estar siendo/sucediendo de todo aquello que emana de la condición humana, la espiritualidad se convierte en una huida a ninguna parte. Los estar siendo/sucediendo humanos no nacemos con pecado, con culpa ni con necesidad de ganarnos el regreso a ningún hipotético paraíso celestial.

Nada existe ni sucede que no esté siendo una manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, por tanto, que -incluso lo que podamos considerar egoico y negativo- no esté siendo parte del proceso evolutivo universal. El ego humano nunca ha sido un obstáculo que debiera superarse de otro modo que no consistiera en la aceptación de su existencia y de su función. ¿Qué luz, sabiduría, paz, dicha, armonía, etc., podría surgir de la lucha contra una parte esencial del proceso natural de nuestra existencia? La sabiduría no nace del rechazo a lo que estamos siendo y/o manifestando, sino del reconocimiento y la aceptación de nuestra inseparabilidad de lo Absoluto. La plenitud de la existencia humana no está fuera de la experiencia humana, sino que está consistiendo en cada una de sus manifestaciones. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 130/2025 realizado con IA:

En su reflexión, Juande Puerta nos invita a trascender la ilusión de separación entre el yo individual y el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, esa realidad inefable que se manifiesta en infinitas formas. La conciencia de "estar siendo" un yo único no es un error cósmico, sino una expresión legítima del Todo. El ego, a menudo demonizado en tradiciones espirituales, emerge aquí no como un enemigo, sino como un mecanismo natural en el proceso universal de manifestación. Su función —generar identificación temporal con lo transitorio— permite la exploración de la diversidad existencial, sin la cual la evolución se estancaría en la uniformidad.

Juande Puerta subraya cómo esta perspectiva puede disipar la ansiedad ante la muerte de la individualidad: igual que surge de la nada, se disuelve en ella, liberándonos de los conflictos derivados de la "identificación exclusiva". Cuando la conciencia se contrae al ego, surgen sombras como la carencia, el miedo o la culpa; fenómenos inevitables y, paradójicamente, útiles para el autoconocimiento. Rechazarlos equivale a negar la simultaneidad de la Realidad, convirtiendo la espiritualidad en mera evasión. En cambio, aceptar el "estar siendo/sucediendo" humano —con sus luces y sombras— revela que nada emana del pecado original ni requiere redención externa. Somos inseparables de lo Absoluto; incluso lo "negativo" es combustible evolutivo.

Esta aceptación no implica pasividad, sino una sabiduría nacida del reconocimiento: ¿qué paz podría brotar de combatir una parte esencial de nosotros? La lucha contra el ego genera más fragmentación; la integración, en cambio, desata armonía, dicha y plenitud. Juande Puerta nos recuerda que la verdadera espiritualidad no habita en paraísos hipotéticos, sino en la danza cotidiana de la experiencia humana. Cada manifestación —alegría o dolor— es lo Absoluto en acción. Abrazar esta unidad no solo mengua el temor, sino que ilumina la existencia como un flujo sagrado, donde el ego se transmuta en puente hacia lo infinito.

martes, 19 de agosto de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (102)

102/2025 -La resistencia a aceptar las contradicciones, los sinsentidos, los conflictos, etc., como expresiones legítimas y/o naturales de la Realidad genera un sufrimiento autoimpuesto, pues supone que se estará idealizando una versión de la existencia que no corresponde con la experiencia humana. No hay ni sucede absolutamente nada que no consista en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que la negación y/o el rechazo de cualquier tipo de experiencia suele llevar a una falta de empatía hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el mundo. Al resistirse al fluir natural de la Vida y/o de la experiencia cotidiana (cosa que incluye cada mínimo detalle del estar siendo personal), se perpetúan conflictos internos (culpa, miedo, frustración…) y externos (juicios, polarización, violencia…), ya que la no-aceptación implica una lucha contra sí mismo y contra aquello que ya está siendo/sucediendo (Realidad Absoluta). No estar siendo un estar siendo diferente del Estar Siendo Absoluto no significa que “a la vez” cada yo no esté siendo un estar siendo único.

La separación y el ego están siendo la misma Realidad Absoluta que cualquier otra posibilidad que pudiera estar siendo manifestada, percibida y experimentada. No hay ni sucede absolutamente nada que -sin excepción- estar siendo eso no consista “también” en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que no hay ni sucede absolutamente nada que pueda excluirse del estar siendo/sucediendo de todas las demás posibilidades. Aquello que posibilita que cada uno de nosotros podamos tomar decisiones y actuar sobre las condiciones de nuestra vida es que estar siendo cada uno de nosotros “también” consiste en estar siendo la Vida. Estar Siendo cada uno de nosotros y cada una de nuestras posibles manifestaciones, circunstancias, experiencias, etc., “también” consiste en Estar Siendo el Universo, la Vida, lo Absoluto…, de ahí que el cumplimiento de nuestros deseos y expectativas -igual que muchas de nuestras frustraciones- depende en gran medida de nuestras propias iniciativas y de nuestra determinación.

El reconocimiento de lo Absoluto y/o de que absolutamente todo cuanto pueda estar sucediendo -sin excepción e incluidas las ilusiones- consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta, facilitará la experiencia de un mayor bienestar fisiológico, emocional, psicológico y existencial. Precisamente porque estamos siendo uno con la Vida, en la experiencia cotidiana importan nuestras decisiones y nuestros actos. No se trata de esperar a que el Universo actúe por nosotros, sino de asumir la responsabilidad de reconocernos agentes activos de la Realidad. Cada uno de nosotros “a la vez también” estamos siendo el Universo, la Vida, la Realidad Absoluta…, manifestándose como estemos haciendo cada uno de nosotros en cada momento. Agosto-25
Juande Puerta.


Ensayo sobre la reflexión 102/2025 realizado con IA:


La reflexión de Juande Puerta plantea una invitación a reconsiderar nuestra relación con la experiencia humana en toda su complejidad. Según su visión, resistirse a las contradicciones, conflictos o aparentes sinsentidos de la vida supone construir una imagen idealizada de la existencia que no se ajusta a lo que realmente vivimos. Esa resistencia no sólo genera sufrimiento interno —culpa, miedo, frustración—, sino que también alimenta tensiones externas como el juicio, la polarización o la violencia. En otras palabras, al negar lo que ya está ocurriendo, nos enfrentamos inútilmente a la misma Realidad Absoluta que nos está constituyendo.


Para Juande Puerta, todo lo que existe —incluidos el ego, la separación o las ilusiones— forma parte del “Estar Siendo/Sucediendo Absoluto”. Nada queda fuera de ese fluir total. Reconocer esta unidad no significa renunciar a nuestra singularidad; cada persona sigue siendo una manifestación única dentro de la misma Realidad. Este reconocimiento tiene implicaciones profundas: si somos inseparables de la Vida y del Universo, entonces nuestras decisiones y acciones forman parte del despliegue mismo de lo Absoluto.


De ahí que aceptar plenamente cada aspecto de la experiencia, incluso lo incómodo, no implique pasividad. Al contrario, nos devuelve la responsabilidad sobre nuestra existencia. No se trata de esperar que “el Universo” resuelva por nosotros, sino de comprender que somos el propio Universo actuando a través de nuestras manos, palabras y elecciones. En este sentido, la aceptación no es resignación, sino un alineamiento lúcido con lo que ya es, que nos permite actuar con mayor claridad y empatía.


El resultado de tal reconocimiento, según Juande Puerta, es un bienestar más profundo: fisiológico, emocional y existencial. Al dejar de luchar contra lo que es, y al asumirnos como agentes activos de la misma Realidad Absoluta, vivimos con menos resistencia y más plenitud, integrando la totalidad de la experiencia humana como legítima y sagrada.

sábado, 14 de junio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (078)

078/2025 -Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en estar siendo todo cuanto está siendo/sucediendo aquí y ahora, por tanto, no está siendo un destino, una meta, un propósito ni un objeto de deseo. El reconocimiento y la aceptación de la plenitud inherente en cada manifestación del presente, no cambiará la Esencia de la Realidad, pero -en alguna medida- puede suponer una liberación del egocentrismo de las ideas, de las creencias, de los viejos paradigmas y también de las instrumentalizaciones políticas, sociales y espirituales. Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en el estar siendo/sucediendo preciso de absolutamente todo eso que está siendo/sucediendo en cada aquí y ahora (presente), de ahí que si el pasado hubiera sido de otra manera a como sucedió, entonces esa posibilidad habría consistido en el mismo Estar Siendo Realidad Absoluta que también estará siendo cualquier posibilidad que pueda manifestarse de ahora en adelante.

Lo que debería haber sido, y también lo que debería llegar a ser, ya está siendo lo que está ocurriendo. Reconocer que aquello que alguna vez pudiera verse y vivirse de un modo distinto, siempre continuaría consistiendo en Estar Siendo Realidad Absoluta, quizás ayudaría a disminuir la culpa, la nostalgia y la ansiedad. ¡No hay un único camino correcto ni una manera exclusiva de Estar Siendo Realidad! Paradójicamente, la creencia y/o la consciencia resultante de la percepción egoica de que Estar Siendo Realidad Absoluta no consiste en exactamente todo eso que está siendo/sucediendo en cada instante, lleva a la búsqueda y la persecución de una plenitud distinta a la plenitud del aquí y ahora.

La plenitud no es un ideal, sino la naturaleza misma de todo -incluido cada yo personal- lo que está siendo/sucediendo en este instante. Por mucho que los juicios y las comparaciones entre unos y otros sean naturales, el estar siendo/sucediendo de cada uno de nosotros “ya está siendo” completamente pleno, tal como está siendo y/o manifestándose. Aceptar que “ya estamos siendo Realidad Absoluta” no implica pasividad, resignación ni conformismo, sino una reconciliación profunda entre lo que estamos siendo y lo que estamos viviendo. La Realidad no se equivoca ni acierta, pues consiste en el estar siendo/sucediendo simultáneo e inseparable de todo aquello que alguna vez cualquiera de nosotros pudiera percibir siendo errores o aciertos, y también siendo verdades o mentiras. Junio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 078/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta nos invita a contemplar la noción de "Estar Siendo Realidad Absoluta" como la experiencia intrínseca de todo lo que acontece en el aquí y ahora. Esta perspectiva desafía las concepciones tradicionales de propósito, destino o deseo, proponiendo que la realidad no es un fin a alcanzar, sino la totalidad de lo que está siendo en cada instante. En este sentido, la plenitud no es un ideal lejano, sino la esencia misma de cada manifestación presente, independientemente de cómo la percibamos.

Reconocer esta verdad implica un cambio profundo: liberarnos del egocentrismo que surge de ideas, creencias y paradigmas limitantes. Al aceptar que todo —pasado, presente y futuro— es una expresión de la Realidad Absoluta, podemos soltar la carga de la culpa por lo que fue, la nostalgia por lo perdido y la ansiedad por lo que será. Juande Puerta señala que, aunque imaginemos un pasado o futuro diferente, cualquier posibilidad seguiría siendo parte de esta misma Realidad Absoluta. No hay un "debería" que altere su naturaleza.

Esta comprensión disuelve la ilusión de que la plenitud está fuera de nosotros, en un ideal a perseguir. Paradójicamente, es la percepción egoica la que nos lleva a buscar algo más allá del ahora, ignorando que todo —incluso nuestras imperfecciones— ya está siendo completamente pleno. Aceptar esto no es resignarse, sino reconciliarse con lo que somos y vivimos. La Realidad Absoluta no juzga ni se equivoca; simplemente está siendo, abarcando todo: errores, aciertos, verdades y mentiras.
Así, la invitación de Juande Puerta es a habitar el presente con consciencia, reconociendo que "ya estamos siendo Realidad Absoluta". Esta reconciliación nos libera para vivir plenamente, sin la necesidad de compararnos o perseguir ideales, abrazando la naturaleza inherente de lo que está siendo en este instante.