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viernes, 28 de noviembre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (142)

142/2025 -Estar Siendo Realidad, es decir, estar siendo nuestro estar siendo particular y el estar siendo de todo cuanto cada uno de nosotros podamos estar percibiendo, realizando, experimentando e imaginando, supone que no existe “un ser supremo” que produce y juzga las cosas que suceden. La infinita, simultánea y transitoria multiplicidad de apareceres y desapareceres, de principios y de finales, etc., está consistiendo en la “incesante actualización” de la manifestación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. La percepción egoica y/o humana de la Realidad no necesita trascender los límites de la percepción egoica de la Realidad, porque el estar siendo de todo ello “también” está siendo expresión natural de la Realidad.
 
El estar siendo/sucediendo humano incluye absolutamente todo aquello que -sin excepción- cualquier individuo pueda estar manifestando en cualquier instante y situación, de ahí la brutalidad y el victimismo que -aunque eso también esté siendo una respuesta legítima- suponen todos los intentos de transformar nuestra naturaleza (espirituales, ideológicos, culturales, etc.,) que no se basen en el reconocimiento y la aceptación de cada una de las características inherentes y/o propias de la condición humana. La ética requiere distinguir entre acciones que aumentan el sufrimiento innecesario y las acciones que lo disminuyen, pero eso no puede sustentarse sobre la represión, el desprecio y la discriminación de alguna expresión natural de nuestra Esencia.

No estaría siendo natural, real, verdadero, sano, etc., que los seres humanos siempre estuviéramos percibiendo, pensando, sintiendo, juzgando, reaccionando, actuando, deseando, etc., uniforme y positivamente, en lugar de hacerlo de todas las maneras que cada uno de nosotros estamos haciéndolo en cada momento y situación. Una ética y/o espiritualidad sana no puede excluir el reconocimiento y la aceptación de lo que “arbitrariamente” consideremos negativo; en lugar de eso debería asumir conscientemente la autenticidad de todo lo que aparece, de modo que incluso el conflicto, el dolor, la contradicción, el miedo, etc., queden integrados en una comprensión más amplia del estar siendo/sucediendo humano.

Estar siendo la Verdad Absoluta no consiste en estar siendo algo distinto a estar siendo la verdad relativa. La verdad relativa (sin excepción cada una de las particularidades que continuamente están apareciendo y desapareciendo) no está siendo un sueño, una ilusión ni un defecto; también está siendo la Verdad Absoluta, la Realidad, la Vida. No hay dos niveles ontológicos separados (un “mundo ilusorio” y, por encima, una “Realidad verdadera”), sino una única Realidad expresándose y actualizándose en multiplicidad de formas cambiantes. Noviembre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 142/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta plantea una visión radicalmente no dual de la realidad y de la condición humana. “Estar Siendo Realidad” no remite a un “ser supremo separado” que crea y juzga el mundo, sino al hecho de que todo lo que acontece –cada percepción, pensamiento, acción, deseo, miedo y conflicto– es ya la manifestación simultánea del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. No hay un nivel “más real” detrás de las apariencias, sino una única Realidad expresándose como multiplicidad cambiante de formas.

Desde ahí, la percepción egoica no es un error que deba ser superado para acceder a lo Absoluto, sino una de las formas legítimas en que la Realidad se vive a sí misma en modo humano. Esa inclusión de todo tiene consecuencias éticas decisivas: cualquier intento de “mejorar” al ser humano que parta de despreciar, reprimir o negar aspectos naturales de la condición humana –impulsos, contradicciones, agresividad, fragilidad, miedo– se vuelve violento y victimista, porque pretende amputar algo que también está siendo expresión de la Esencia. Una ética sana, dice Juande Puerta, no consiste en fabricar un ser humano siempre positivo y uniforme, sino en distinguir qué acciones aumentan o disminuyen sufrimiento innecesario sin descalificar la raíz de donde surgen.

La espiritualidad que se deriva de esta comprensión deja de ser una huida de lo humano para volverse una aceptación lúcida de todo lo que aparece. Integrar dolor, conflicto y sombra no significa celebrarlos ni renunciar a transformarlos, sino reconocer que incluso el impulso de cambio pertenece al mismo flujo absoluto. Así, “estar siendo la Verdad Absoluta” no es convertir la vida en algo distinto de la verdad relativa, sino ver que cada particularidad efímera –incluido el propio juicio sobre ella– es la Vida Absoluta desplegándose aquí y ahora, sin resto y sin afuera.

martes, 11 de marzo de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (35)

035/2025 -La aceptación de que absolutamente todo -sin excepción- consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta no supone una derrota ni una resignación pasiva, sino el reconocimiento y la reconciliación activa y voluntaria de que “mientras está siendo/sucediendo” nuestra naturaleza está siendo individual y universal a la vez. ¿Qué, sino “la singularidad universal” de nuestra naturaleza, posibilita que los estar siendo/sucediendo humanos dispongamos de la facultad de poder modificar “consciente y voluntariamente” la manera de percibir, de considerar, de reaccionar, de actuar y de experimentar el transcurso de nuestra existencia? ¡La individualidad humana está siendo tan real y/o natural como la universalidad humana!
 
El estar siendo/sucediendo individual, particular, singular, personal, egocéntrico, etc., no puede estar siendo menos real y/o auténtico que el resto del Estar Siendo/Sucediendo Universal. Para reconocer lo Universal y/o lo Absoluto no hay necesidad de negar, de rechazar ni de menospreciar lo individual; el reconocimiento de una posibilidad conlleva implícito el reconocimiento de la otra y viceversa. Muchas tradiciones filosóficas, religiosas y espirituales promocionan y venden la fábula de la necesidad de alcanzar un estado ideal…, ya sea el despertar, la iluminación, la felicidad completa o la paz inmutable. Sin embargo, esta búsqueda se basa en la creencia de que “para las individualidades y/o las particularidades” existe un destino final -anti natura- en el que todo se detendrá y se mantendrá estable.

Puesto que nuestra naturaleza está siendo dinámica, cambiante y en transformación permanente, ¿para qué la promesa de un estado estable al que debamos aspirar? Igual que apareció y fue adaptándose al flujo de la vida, la conciencia de estar siendo un yo -exactamente igual que todo lo demás- también desaparecerá. En la aceptación de que estamos siendo expresiones transitorias de un proceso absoluto, no cabe la necesidad de luchar por una supuesta estabilidad eterna. El hecho de que nuestro estar siendo/sucediendo individual y Absoluto siempre esté en constante cambio, no está siendo una imperfección ni algo que deba corregirse.
 
Ramana Maharshi: “Destruye todos los pensamientos y gozarás de la felicidad perfecta” -La destrucción de los pensamientos no consiste en nada más que en la aceptación de los pensamientos como algo absolutamente natural y/o propio de nuestro estar siendo/sucediendo particular y universal. La felicidad perfecta, ya está siendo y puede vivirse siempre que no se ponga por delante ninguna condición interesada. Todo -sin excepción- cuanto está existiendo y sucediendo consiste en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, por tanto, también las posibilidades de crear y de no crear, de destruir y de no destruir. Marzo-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 035/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a una profunda reconsideración de nuestra relación con la Realidad, proponiendo una visión integradora que trasciende las dicotomías tradicionales entre lo individual y lo universal. Su planteamiento parte de la premisa de que todo —sin excepción— es una manifestación del "Estar Siendo/Sucediendo Absoluto", un concepto que no implica resignación, sino una reconciliación activa con nuestra naturaleza dual: individual y universal a la vez. Esta "singularidad universal" no solo nos define, sino que nos dota de la capacidad de transformar conscientemente nuestra percepción, nuestras reacciones y nuestra experiencia del existir.

Juande Puerta desafía la tendencia de ciertas tradiciones filosóficas y espirituales que idealizan un estado final de estabilidad —como la iluminación o la paz eterna— como meta deseable. Argumenta que esta búsqueda parte de un error de base: asumir que lo individual y lo cambiante son imperfecciones que deben superarse. En cambio, sugiere que nuestra naturaleza dinámica y transitoria no es un defecto, sino una expresión legítima y natural del "Estar Siendo/Sucediendo Absoluto". Negar lo individual para exaltar lo universal, o viceversa, resulta innecesario; ambas dimensiones coexisten y se implican mutuamente.

Citando a Ramana Maharshi, Juande Puerta reinterpreta la "destrucción de los pensamientos" no como una aniquilación forzada, sino como una aceptación de su carácter natural dentro de nuestro estar siendo/sucediendo particular. La "felicidad perfecta" no sería, entonces, un estado futuro condicionado, sino una posibilidad siempre presente cuando dejamos de resistir el flujo de la existencia. Así, el ensayo nos interpela a abandonar la lucha por una estabilidad ilusoria y a abrazar el cambio como esencia de lo que estamos siendo: expresiones transitorias de un proceso absoluto. En esta aceptación radica una libertad radical, donde todo —incluso las contradicciones— es reconocido como parte de la Realidad Absoluta.

jueves, 6 de marzo de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (033)

033/2025 -El estar siendo/sucediendo individual y el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto están siendo/sucediendo a la vez e inseparablemente. ¡Todo -incluidos los pensamientos, las emociones, las sensaciones, las reacciones y las experiencias humanas- está siendo “a la vez” parte y todo! La dualidad que percibimos y experimentamos los estar siendo/sucediendo humanos se debe a que “a la vez” estamos participando y/o siendo esa naturaleza particular y global; entender esto podría ayudar a reducir la tensión que genera el desconocimiento de nuestra propia naturaleza.
 
La dualidad, división y/o separación —yo frente al otro, lo bueno frente a lo malo, lo finito frente a lo infinito— no es un defecto o una ilusión que -como proponen algunas tradiciones religiosas, espirituales o filosóficas que buscan disolver el ego o la dualidad- los estar siendo/sucediendo humanos debamos superar. La diversidad y la individualidad no están negando la Unidad, sino que también están siéndola. Cada estar siendo/sucediendo humano está siendo su propio proceso de transformación y experiencia, pero al mismo tiempo también está siendo el mismo proceso que se manifiesta en todo lo que está existiendo y sucediendo. La percepción de dualidad, división, separación, etc., resultante de la coexistencia simultánea del estar siendo/sucediendo particular y del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no está siendo una contradicción, sino “una condición” absolutamente natural.
 
La dualidad y la Unicidad no están excluyéndose mutuamente. La percepción de dualidad consiste en la percepción del reflejo del funcionamiento de nuestra conciencia dentro del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Negar la experiencia humana puede conducir a un laberinto de abstracciones inalcanzables, de extremismos espirituales y/o a una lucha constante contra lo que esté viéndose en el espejo de la propia existencia. Comenzando por las percepciones y condiciones más básicas o naturales de cada estar siendo/sucediendo humano, la Realidad Absoluta no excluye ni rechaza ninguna manifestación de la existencia.

La aceptación de que absolutamente todo consiste en Estar Siendo Realidad Absoluta no implica resignación pasiva, sino un reconocimiento y una reconciliación “activa y consciente” del estar siendo/sucediendo individual y del estar siendo/sucediendo universal. Para alcanzar un estado de calma o satisfacción personal, resulta imprescindible reconocer y asumir -como propias- tanto las características humanas como las que estamos viendo reflejadas en el resto del estar siendo/sucediendo universal. Marzo-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 033/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a una profunda reconsideración de la naturaleza de la existencia, proponiendo que el "estar siendo/sucediendo" individual y el "Estar Siendo/Sucediendo Absoluto" son procesos simultáneos e inseparables. Esta perspectiva sugiere que todo lo que experimentamos —pensamientos, emociones, sensaciones, reacciones y experiencias— no solo forma parte de un todo, sino que también está siendo ese todo en sí mismo. Esta idea desafía la percepción tradicional de la dualidad, donde el yo se opone al otro, lo bueno a lo malo, y lo finito a lo infinito. En lugar de ver la dualidad como un defecto o una ilusión que debe superarse, Juande Puerta la presenta como una condición natural y necesaria de la existencia humana.

La coexistencia de la dualidad y la Unicidad no es una contradicción, sino una manifestación del funcionamiento de nuestra conciencia dentro del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Negar esta dualidad puede llevar a extremismos espirituales y a una lucha constante contra la propia naturaleza. En cambio, aceptar la simultaneidad de las características individuales y de las universales permite una reconciliación activa y consciente con la Realidad. Esta aceptación no implica resignación pasiva, sino un reconocimiento profundo de que cada experiencia individual es también una expresión del todo.

Para alcanzar un estado consciente de calma o satisfacción personal, es esencial reconocer y asumir tanto nuestras características humanas como las que vemos reflejadas en el universo. Este enfoque no solo reduce la tensión generada por el desconocimiento de nuestra propia naturaleza, sino que también fomenta una comprensión más integradora y armoniosa de la existencia. En última instancia, la reflexión de Juande Puerta nos invita a abrazar la complejidad de nuestra experiencia como parte de un todo dinámico y unificado.