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jueves, 16 de octubre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (124)

124/2025 -Tal vez la sensación de que en el presente “falta algo” no provenga del ahora, sino de la comparación que la mente establece entre lo que fue, lo que está siendo y lo que deduce que podría ser. Cuando se reconoce que lo vivido y lo no vivido coexisten dentro de la misma totalidad, también puede comprenderse que la plenitud no requiere alcanzar un estado futuro; ya está presente en la experiencia actual. La búsqueda de plenitud fuera de la experiencia presente genera una forma de apego a una realidad potencial que puede convertirse en un condicionante a la hora de ejercer la libertad con responsabilidad. La plenitud de vida no es un premio velado ni postergado, sino una calidad que “ya” está siendo manifestada en absolutamente todo cuanto está siendo/sucediendo en cada instante.​

¡La plenitud, la Realidad, lo Absoluto está presente en cada experiencia, porque -más allá de cualquier percepción, comparación y expectativa egoica o personal- está siendo la esencia misma de absolutamente todas y cada una de las manifestaciones y de las experiencias! Aceptar conscientemente la plenitud manifestada en el “estar siendo/sucediendo presente” no implica resignación, pasividad ni renuncia a la libertad de seguir eligiendo la manera de vivir la experiencia del incesante flujo de posibilidades y/o de oportunidades. La aceptación del presente no es quietismo, sino una base desde la cual elegir de manera más consciente, creativa y responsable nuestra forma de vivir y de responder ante aquello que está surgiendo.

Ni el sufrimiento es un error absoluto ni la felicidad una verdad suprema que deba buscarse de forma exclusiva. Estar Siendo lo Absoluto, la Realidad, la Vida, la Conciencia Universal, la Divinidad Suprema, etc., consiste en el estar siendo/sucediendo “simultáneo” de absolutamente todo cuanto esté siendo/sucediendo en cada aquí y ahora, por tanto, también de la violencia, la destrucción, la enfermedad, la ansiedad, la depresión, la muerte y el resto de las posibilidades que estén formando parte del devenir cotidiano universal. ¿Hasta qué punto la aceptación del presente puede coexistir con el deseo de transformación y/o con el compromiso ético ante el sufrimiento? Aceptar el Presente conlleva el reconocimiento lúcido y/o consciente de todo (pensamientos, acciones, emociones, conflictos, deseos, búsquedas…) cuanto está aconteciendo, por tanto, también del impulso natural de cambiar para sentirse mejor. La aceptación no excluye la acción; la aceptación estará siendo una forma de acción más inteligente y eficaz. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 124/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a reconsiderar una de las tensiones más profundas de la experiencia humana: la aparente distancia entre el presente y la plenitud. Según su planteamiento, la sensación de carencia no proviene del ahora en sí, sino de la comparación mental que establece diferencias entre pasado, presente y futuro. Es la mente —con su tendencia a medir, recordar y proyectar— la que genera la ilusión de que falta algo. Sin embargo, cuando se comprende que todo lo vivido y lo no vivido coexisten dentro de una misma totalidad, se vislumbra que la plenitud no necesita ser alcanzada: ya está siendo manifestada en cada instante de la experiencia.

Aceptar esta plenitud presente no equivale a una actitud pasiva o resignada. Muy al contrario, implica un reconocimiento lúcido de lo que está sucediendo —incluido el impulso de cambiar o mejorar— y una apertura a actuar desde una conciencia más profunda y libre. La aceptación, entendida así, no excluye la acción, sino que la hace más consciente, menos condicionada por el miedo o la búsqueda compulsiva de resultados. En este sentido, Juande Puerta propone una ética de la presencia: actuar desde la comprensión de que todo cuanto ocurre forma parte del despliegue de la Realidad Absoluta.

Este enfoque también disuelve la dualidad entre sufrimiento y felicidad como polos opuestos. Ambos, al igual que la violencia o la compasión, son expresiones de un mismo flujo de existencia universal. Por ello, la aceptación del presente puede coexistir con el deseo de transformación, siempre que dicha transformación surja de la lucidez y no del rechazo. Así, la plenitud no es un premio futuro, sino la esencia misma del vivir. Reconocerla en cada instante es abrirse a la vida tal como es, con todo su dinamismo, su dolor y su belleza.

martes, 14 de octubre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (123)

123/2025 -Quizás una de las razones por las que suele costar tanto la aceptación de que cada manifestación del presente ya está siendo plena en sí misma, consista en que mientras se está viviendo el presente también se está recordando el pasado e intuyendo la presencia del resto de las posibilidades que podrían llegar a manifestarse en ese mismo momento. Estar Siendo Realidad Absoluta no se reduce solo a lo que acontece aquí y ahora, sino que incluye tanto lo actual como lo potencial, lo vivido y lo que podría vivirse. Lo Absoluto, lo Supremo, la Realidad…, no es un trofeo al final de una maratón mística, sino el fluir mismo de lo cotidiano. Darse cuenta y reconocer que las conciencias identificadas con el yo personal (mente humana) suelen percibir y experimentar el presente a través de los filtros de la memoria (lo que sucedió) y de la imaginación (lo que podría ser) seguramente ayudaría a vivir el aquí y ahora con más lucidez y aceptación.

La continua comparación —entre lo que está sucediendo y lo que debería suceder, entre el “ahora” y los otros posibles “ahoras”— crea la sensación de que el momento actual está siendo incompleto o imperfecto, de ahí que buscar la plenitud, la dicha y el bienestar interior fuera del instante presente es como perseguir el horizonte en el reflejo de un espejo. Paradójicamente, muchas veces la búsqueda de plenitud está siendo en realidad aquello que está dificultando su experiencia directa. ¿Acaso el sufrimiento y la mayor parte de los conflictos humanos no nacen más de la comparación y del deseo que de lo que realmente está sucediendo? Mientras permanezca centrada en la medición de la distancia entre lo que está siendo y lo que imagina que podría estar sucediendo, la mente o conciencia identificada con el yo individual estará saboteando la posibilidad de sentirse en paz consigo mismo y con el resto del mundo, porque estará generando la ilusión de que el presente (Realidad Absoluta) es insuficiente, incompleto, carente, defectuoso…, cuando verdaderamente la percepción de esa deficiencia estará siendo creada por las comparaciones y las expectativas.

Todo aquello que pudiera estar siendo alguna vez, “ya” está siendo también ahora (Realidad Absoluta), por tanto, alcanzar la experiencia de la plenitud, la calma, el equilibrio emocional, etc., dependerá más del reconocimiento y la aceptación de la Realidad que de la búsqueda de alguna verdad oculta. Con independencia de que la conciencia identificada y/o individualizada lo reconozca y lo acepte, la plenitud de la Vida y/o de la Realidad Única siempre está silenciosamente presente en el estar siendo/sucediendo de exactamente todo eso que está siendo/sucediendo. Vivir buscando la plenitud fuera de la experiencia presente supone vivir persiguiendo algo que ya está sucediendo, una posibilidad pendiente de aceptación. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 123/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a reconsiderar la idea de plenitud como algo por conquistar en el futuro y a reconocerla, en cambio, como la presencia ya instaurada en cada instante. Su propuesta principal —que el presente contiene tanto lo actual como lo potencial, lo vivido y lo imaginable— desmonta la visión lineal que separa experiencia y realización: lo Absoluto no es un trofeo al final de una búsqueda mística, sino el fluir cotidiano que permanece aunque la mente no lo vea.

La dificultad para aceptar esto radica en la estructura misma de la conciencia humana: recordamos el pasado y anticipamos posibilidades futuras, y esas dos operaciones funcionan como filtros que distorsionan la percepción del ahora. Al comparar constantemente lo que ocurre con lo que debería o podría ocurrir, generamos la sensación de carencia. Esa comparación es el motor de muchos sufrimientos: la insatisfacción nace menos de lo que pasa y más de la distancia imaginada entre el presente y una expectativa idealizada.

Resulta paradójico que la búsqueda de plenitud acabe entorpeciéndola. Cuanto más la perseguimos como meta, más reforzamos la idea de falta; cuanto más intentamos medir y corregir el momento, menos acceso tenemos a su serenidad inherente. En lugar de añadir capas de deseo y juicio sobre la experiencia, Juande Puerta sugiere un cambio de actitud: reconocer y aceptar lo que ya está siendo. No se trata de negar el impulso transformador ni la creatividad, sino de dejar de ubicar la felicidad en una escena hipotética.

Aceptar la Realidad como plenitud presente permite una práctica de atención menos militante y más receptiva. Al reducir la comparación y las expectativas se abre la posibilidad de experimentar más calma, equilibrio y conexión con el todo. La plenitud, en esta lectura, es menos un objetivo que una percepción por redescubrir: ya está pasando; basta con dejar de sabotearla con el peso de nuestras proyecciones.

jueves, 12 de junio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (077)

077/2025- La Plenitud, que cualquier estar siendo/sucediendo humano pudiera desear y estar buscando, ya está presente -siempre ha estado- en todo lo que sucede, porque, sin excluir lo que usualmente se considera como negativo o imperfecto, consiste en estar siendo exactamente todo eso que está sucediendo. La ilusión de que hay algo “más pleno” que el estar sucediendo de este instante, también está siendo Plenitud, Presente, Realidad, Vida. ¡Aunque sea posible no verlo y no reconocerlo, no hay otra Plenitud de Vida y/o Realidad Absoluta que la del estar siendo/sucediendo presente! Si tenemos la capacidad de cambiar la manera de percibir, de juzgar y experimentar la Realidad, se debe a que estar siendo cada uno de nosotros también está siendo la Realidad que -con todas sus luces y sus sombras- estamos percibiendo, juzgando y experimentando.
 
Nada queda fuera de la Realidad, porque no hay nada que -aquí y ahora- no consista en estar siendo “toda” la Realidad. No hay nada fuera de la Realidad, porque -comenzando por el estar siendo de cada uno de nosotros- Realidad está siendo todo -sin excepción- lo que está sucediendo. La realización, que pudiera alcanzarse mediante la superación del deseo, del control del ego y/o de la purificación de los defectos, nunca podría ser más plena y auténtica que esa que ya está siendo manifestada. Considerar que los errores, las dudas, las limitaciones, las contradicciones, los miedos, las ansias de transformación y el resto de las “capacidades y/o manifestaciones naturales”, propias de los estar siendo/sucediendo humanos, son obstáculos o imperfecciones que tienen que corregirse y suprimirse, no parece corresponderse con una actitud muy sabia ni muy espiritual.
 
¿En qué consiste el Espíritu, la Verdad, la Realidad, la Vida…, sino en la Esencia de todo -sin discriminaciones- cuanto está siendo y/o sucediendo en cada aquí y ahora? El desafío humano no está en cambiar nuestra naturaleza para así poder alcanzar una plenitud deseable o imaginaria, sino en reconocer que -con todo lo que ello conlleva- el estar siendo/sucediendo de cada uno de nosotros “ya está siendo” esa Plenitud. Comparar el aquí y ahora de unos, con el aquí y ahora de otros, solo puede hacerse desde la consciencia identificada con la percepción de una realidad egocéntrica, personalizada, fragmentada, injusta, discriminatoria, etc., por tanto, una realidad tan incomprensible y difícil de aceptar como esa que “ahora” se pueda estar percibiendo, comparando y viviendo. Junio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 077/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta nos invita a reconsiderar nuestra relación con la realidad y la búsqueda de la plenitud. Según esta perspectiva, la plenitud no es un estado futuro o ideal al que debemos llegar, sino que ya está presente en cada instante, en todo lo que está siendo y sucediendo. Esta idea desafía la noción convencional de que la felicidad o la realización dependen de superar defectos, controlar el ego o eliminar lo que consideramos negativo. En cambio, Juande Puerta sugiere que todo —las luces y las sombras, lo perfecto y lo imperfecto— forma parte de la Realidad, la Vida y la Plenitud Absoluta.

El error, según esta visión, radica en la ilusión de que existe algo "más pleno" que el momento presente. Incluso nuestra percepción de carencia, nuestras dudas, miedos y deseos de transformación son manifestaciones de esa misma Plenitud. Nada queda fuera de la Realidad, porque todo lo que sucede, incluyéndonos a nosotros mismos, es la Realidad en su totalidad. Esta comprensión nos lleva a un cambio radical de perspectiva: en lugar de luchar por cambiar nuestra naturaleza o corregir supuestas imperfecciones, el verdadero desafío humano consiste en reconocer que ya estamos siendo parte de esa Plenitud.

Comparar nuestro "aquí y ahora" con el de otros solo perpetúa una visión egoica y fragmentada de la Realidad, que genera insatisfacción y conflicto. La sabiduría, en este contexto, no está en rechazar o transformar lo que somos, sino en aceptar que todo —nuestras contradicciones, limitaciones y anhelos— es la Esencia misma de la Vida y el Espíritu. Así, la plenitud no es un destino, sino la vivencia consciente y plena del estar siendo en cada momento, sin discriminaciones ni exclusiones.