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martes, 14 de octubre de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (123)

123/2025 -Quizás una de las razones por las que suele costar tanto la aceptación de que cada manifestación del presente ya está siendo plena en sí misma, consista en que mientras se está viviendo el presente también se está recordando el pasado e intuyendo la presencia del resto de las posibilidades que podrían llegar a manifestarse en ese mismo momento. Estar Siendo Realidad Absoluta no se reduce solo a lo que acontece aquí y ahora, sino que incluye tanto lo actual como lo potencial, lo vivido y lo que podría vivirse. Lo Absoluto, lo Supremo, la Realidad…, no es un trofeo al final de una maratón mística, sino el fluir mismo de lo cotidiano. Darse cuenta y reconocer que las conciencias identificadas con el yo personal (mente humana) suelen percibir y experimentar el presente a través de los filtros de la memoria (lo que sucedió) y de la imaginación (lo que podría ser) seguramente ayudaría a vivir el aquí y ahora con más lucidez y aceptación.

La continua comparación —entre lo que está sucediendo y lo que debería suceder, entre el “ahora” y los otros posibles “ahoras”— crea la sensación de que el momento actual está siendo incompleto o imperfecto, de ahí que buscar la plenitud, la dicha y el bienestar interior fuera del instante presente es como perseguir el horizonte en el reflejo de un espejo. Paradójicamente, muchas veces la búsqueda de plenitud está siendo en realidad aquello que está dificultando su experiencia directa. ¿Acaso el sufrimiento y la mayor parte de los conflictos humanos no nacen más de la comparación y del deseo que de lo que realmente está sucediendo? Mientras permanezca centrada en la medición de la distancia entre lo que está siendo y lo que imagina que podría estar sucediendo, la mente o conciencia identificada con el yo individual estará saboteando la posibilidad de sentirse en paz consigo mismo y con el resto del mundo, porque estará generando la ilusión de que el presente (Realidad Absoluta) es insuficiente, incompleto, carente, defectuoso…, cuando verdaderamente la percepción de esa deficiencia estará siendo creada por las comparaciones y las expectativas.

Todo aquello que pudiera estar siendo alguna vez, “ya” está siendo también ahora (Realidad Absoluta), por tanto, alcanzar la experiencia de la plenitud, la calma, el equilibrio emocional, etc., dependerá más del reconocimiento y la aceptación de la Realidad que de la búsqueda de alguna verdad oculta. Con independencia de que la conciencia identificada y/o individualizada lo reconozca y lo acepte, la plenitud de la Vida y/o de la Realidad Única siempre está silenciosamente presente en el estar siendo/sucediendo de exactamente todo eso que está siendo/sucediendo. Vivir buscando la plenitud fuera de la experiencia presente supone vivir persiguiendo algo que ya está sucediendo, una posibilidad pendiente de aceptación. Octubre-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 123/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a reconsiderar la idea de plenitud como algo por conquistar en el futuro y a reconocerla, en cambio, como la presencia ya instaurada en cada instante. Su propuesta principal —que el presente contiene tanto lo actual como lo potencial, lo vivido y lo imaginable— desmonta la visión lineal que separa experiencia y realización: lo Absoluto no es un trofeo al final de una búsqueda mística, sino el fluir cotidiano que permanece aunque la mente no lo vea.

La dificultad para aceptar esto radica en la estructura misma de la conciencia humana: recordamos el pasado y anticipamos posibilidades futuras, y esas dos operaciones funcionan como filtros que distorsionan la percepción del ahora. Al comparar constantemente lo que ocurre con lo que debería o podría ocurrir, generamos la sensación de carencia. Esa comparación es el motor de muchos sufrimientos: la insatisfacción nace menos de lo que pasa y más de la distancia imaginada entre el presente y una expectativa idealizada.

Resulta paradójico que la búsqueda de plenitud acabe entorpeciéndola. Cuanto más la perseguimos como meta, más reforzamos la idea de falta; cuanto más intentamos medir y corregir el momento, menos acceso tenemos a su serenidad inherente. En lugar de añadir capas de deseo y juicio sobre la experiencia, Juande Puerta sugiere un cambio de actitud: reconocer y aceptar lo que ya está siendo. No se trata de negar el impulso transformador ni la creatividad, sino de dejar de ubicar la felicidad en una escena hipotética.

Aceptar la Realidad como plenitud presente permite una práctica de atención menos militante y más receptiva. Al reducir la comparación y las expectativas se abre la posibilidad de experimentar más calma, equilibrio y conexión con el todo. La plenitud, en esta lectura, es menos un objetivo que una percepción por redescubrir: ya está pasando; basta con dejar de sabotearla con el peso de nuestras proyecciones.

sábado, 16 de agosto de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (101)

101/2025 -Nuestras emociones y pensamientos nunca están separados de nuestra realidad interna y externa, sino que también están siendo parte inseparable del fluir universal. Reconocer y aceptar todo lo que sucede, incluida la aparición de las contradicciones y las emociones negativas, no tiene porqué suponer caer en la complacencia frente a injusticias o sufrimientos extremos. No separar nuestra experiencia personal de la experiencia de todo aquello que nos envuelve puede ayudar a vivir más plena y satisfactoriamente el presente. La realización de lo Absoluto no consiste en algo especial que falte por suceder, sino en el estar siendo de exactamente todo eso que está sucediendo en cada aquí y ahora. El Estar Siendo/Sucediendo Absoluto también consiste en el estar siendo/sucediendo instantáneo de cada yo individual y viceversa.

Por mucho que se pueda creer cualquier otra cosa, el Estado Supremo (Realidad Absoluta) no es otro estado diferente al estado presente y/o al que se esté viviendo. El reconocimiento y la aceptación del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no puede excluir el estar siendo/sucediendo de la dualidad y de las demás características -sin excepción- inherentes o propias de la condición humana, de ahí mi percepción discrepante con las de Nisargadatta y Ramana Maharshi cuando sostienen que “la dualidad es ilusoria y que solo el reconocimiento completo del Yo Absoluto libera de toda limitación”.

Desde mi punto de vista actual, la dualidad que esté siendo percibida y experimentada también está siendo una manifestación de Lo Absoluto, por tanto, el reconocimiento de Lo Absoluto tampoco puede excluir el reconocimiento de esa posibilidad. El hecho de que las manifestaciones humanas de la Realidad Absoluta (cada uno de nosotros) estemos percibiendo y auto-percibiéndonos dualmente, no significa que esa posibilidad, igual que cualquier otra construcción de la mente humana, tenga que estar sucediendo al margen de la Realidad Absoluta. Las percepciones de dualidad, separación, conflicto, idealización, etc., por parte de las manifestaciones humanas del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, también está consistiendo en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto.

El reconocimiento y la aceptación de que absolutamente nada puede estar siendo/sucediendo sin que ello no consista en Estar Siendo Realidad Absoluta, no supone la eliminación, sino la integración, de las características inherentes a la condición humana, por tanto, tampoco una evasión de la responsabilidad ética de actuar con integridad. El reconocimiento y la aceptación activa de la Realidad, incluyendo todas las contradicciones posibles, podría verse como un medio para alcanzar un grado superior de reconciliación entre lo individual y lo universal, por tanto, de mayor equilibrio emocional. Agosto-25

Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 101/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta invita a repensar la relación entre nuestras emociones, pensamientos y la realidad que nos envuelve desde una perspectiva integrada y profunda. Él plantea que nuestras experiencias internas —incluyendo la dualidad, las contradicciones y las emociones negativas— no están separadas de la realidad universal, sino que son manifestaciones inseparables del flujo absoluto del cosmos. Este punto de vista trasciende la dicotomía tradicional entre lo individual y lo universal, proponiendo que lo Absoluto no es un estado distante ni diferente al aquí y ahora que vivimos.

A diferencia de algunos maestros espirituales como Nisargadatta y Ramana Maharshi, quienes plantean que la dualidad es sólo una ilusión y que el reconocimiento del Yo Absoluto elimina toda limitación, Juande Puerta sostiene que la dualidad es también una manifestación legítima de lo Absoluto. De esta forma, acepta la coexistencia de la condición humana con su complejidad y contradicciones sin tratar de negarlas o evadirlas. No se trata, entonces, de alcanzar un ideal de ausencia de conflictos o separaciones, sino de reconocer que todo eso que experimentamos, por paradójico que parezca, es parte del mismo orden universal.

Este reconocimiento no lleva a la complacencia ni a la indiferencia ante la injusticia o el sufrimiento, sino que invita a una aceptación activa y ética que permita actuar con integridad. Al integrar la experiencia personal con la universal, se abre la posibilidad de una vida más plena y satisfactoria, en la que la reconciliación entre el individuo y el todo proporciona un equilibrio emocional más profundo. En definitiva, para Juande Puerta la realización última no es un futuro evasivo, sino vivir el presente con plena conciencia de que todo —lo humano y lo absoluto— está sucediendo simultáneamente en cada instante.

jueves, 31 de julio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (098)

098/2025 -La característica de los estar siendo/sucediendo humanos de percibir el mundo dividido en opuestos irreconciliables es una condición inherente, no un defecto que deba ser corregido o eliminado. Las visiones tradicionales que intentan erradicar las funciones naturales del ego o eliminar las divisiones dualistas demuestran adolecer de una percepción limitada o miope de la Realidad Absoluta. Los intentos de tratar de suprimir aspectos propios y/o inherentes de la experiencia humana responden a una actitud condenada a generar emociones de fracaso y de frustración. El ego, las emociones, los pensamientos, la percepción de dualidad, el deseo, etc., son aspectos fundamentales —aunque a veces considerados como impedimentos para el despertar o la iluminación— del estar siendo/sucediendo humano.
 
Todas las posibles expresiones de los estar siendo/sucediendo humanos “a la vez” también están formando parte del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que las intenciones y los esfuerzos encaminados a tratar de eliminar algunas de ellas siempre estarían evidenciando una postura profundamente egocéntrica de auto-negación. La experiencia cotidiana demuestra la inutilidad de vivir negando o tratando de mutilar aquello que -puesto que está sucediendo- también está siendo una manifestación natural de la Realidad Absoluta. Paradójicamente, la manera de atenuar el sufrimiento, la ansiedad, la depresión, la tristeza y cualquier tipo de malestar generado por la persecución de una perfección dogmática e idealizada consistirá en la aceptación incondicional (aceptar significa amar) de absolutamente todo cuanto pueda estar siendo manifestado en cada aquí y ahora.

La Plenitud de la Realidad no excluye ninguna experiencia humana, ni siquiera aquellas consideradas negativas, por tanto, la clave no está en la idea de trascender las dualidades, sino en aceptarlas e integrarlas plenamente. La Realidad, en toda su complejidad, está siendo un flujo dinámico donde el ser y el no-ser, lo individual y lo universal, conviven en un equilibrio constante que merece ser reconocido y asimilado. El darse cuenta y aceptar que absolutamente todo consiste en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto no hará que desaparezcan las características esenciales -tanto las positivas como las negativas- de cada estar siendo/sucediendo humano, porque la manifestación de cada una de esas posibilidades también está consistiendo en el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. El ego, la percepción de dualidad y de separación, etc., al estar siendo expresiones esenciales de nuestra individualidad, también están siendo una manifestación inseparable de la Plenitud de la Realidad. Julio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 098/2025 realizado con IA:

Juande Puerta plantea una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y su relación con la Realidad Absoluta, proponiendo que la percepción de dualidades —opuestos como bien y mal, ego y trascendencia— no es un defecto a erradicar, sino una característica inherente al ser humano. Intentar suprimir estos aspectos, como el ego, las emociones o el deseo, resulta en una lucha infructuosa que genera frustración y sufrimiento. Esta postura desafía las visiones tradicionales que buscan trascender o eliminar la dualidad para alcanzar la iluminación, argumentando que tales esfuerzos reflejan una comprensión limitada de la realidad.

La clave de la propuesta de Juande Puerta radica en la aceptación incondicional de todas las manifestaciones humanas, incluidas las consideradas negativas. Esta aceptación, que él equipara con el amor, no implica resignación, sino un reconocimiento de que todo —el ego, la dualidad, el sufrimiento— forma parte del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Negar estas expresiones es, paradójicamente, un acto egocéntrico que refuerza la separación que se pretende superar. La Realidad Absoluta, en su plenitud, no excluye nada; es un flujo dinámico donde lo individual y lo universal coexisten en equilibrio.

Así, la propuesta no es trascender las dualidades, sino integrarlas. Aceptar la tristeza, la ansiedad o el deseo como manifestaciones naturales de la experiencia humana permite atenuar el malestar generado por la búsqueda de una perfección idealizada. Este enfoque invita a un cambio de perspectiva: en lugar de combatir nuestra naturaleza, debemos abrazarla como parte de la Plenitud. Reconocer que todo, incluso nuestras limitaciones, es una expresión del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, nos libera para vivir en armonía con la complejidad de la existencia.