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jueves, 27 de marzo de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (043)

043/2025 -No hay nada superior ni más trascendental que el Estar Siendo/Sucediendo Presente y/o Absoluto, que también consiste en el estar siendo/sucediendo de cada uno de nosotros y de todas nuestras posibles manifestaciones. Lo Absoluto, lo Supremo, la Realidad, etc., no está siendo una meta que deba alcanzarse, sino la Esencia Misma de absolutamente todas las formas de existencia y de absolutamente todos los acontecimientos posibles. La inteligencia emocional, la sabiduría emocional, el bienestar emocional, la paz interior, etc., que cada individuo tiene la capacidad de generar y experimentar, fluye del reconocimiento y la aceptación de que todo sin excepción Está Siendo Realidad Absoluta, por tanto, del reconocimiento y la aceptación de cualquier estar siendo/sucediendo, por más simple, sencillo, natural, ordinario, cotidiano e insignificante que aparezca.

La paz y/o el bienestar interior residen en cada pequeño detalle de la vida ordinaria, pues el simple hecho de estar sucediendo ya consiste en estar siendo una manifestación de la Realidad Absoluta. No se puede escapar de la vida ordinaria, porque estar siendo la vida ordinaria consiste en Estar Siendo la Vida Misma. El discurrir ordinario de la vida (Realidad), con sus altibajos y todas las variables posibles, ya está siendo la Vida Misma en acción. El hecho de que las individualidades y/o las particularidades no tengamos una existencia permanente ni independiente del resto, pues estamos siendo un reflejo temporal y/o una forma momentánea que surge del Flujo Absoluto, no significa que estar siendo cada una de esas posibilidades consista en un estar siendo/sucediendo ilusorio ni un estar siendo/sucediendo incompleto.
 
Todo aquello que cada individuo está siendo, pensando, percibiendo, realizando, experimentando, etc., en cada momento, también está formando parte del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, que no discrimina ni privilegia ninguna manifestación sobre otra. La aceptación consciente de que Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en estar siendo absolutamente todo cuanto pueda estar existiendo, sucediendo, manifestándose y/o viviéndose, no supone pasividad, resignación ni indiferencia, sino el ejercicio de la capacidad de adaptación a la naturaleza dinámica de la existencia. Marzo-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 043/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta nos invita a contemplar una visión profundamente unificadora y liberadora de la existencia: el "Estar Siendo/Sucediendo Presente y/o Absoluto" como la esencia misma de todo lo que está siendo. Este planteamiento trasciende la idea de que lo Supremo o la Realidad sea algo externo o una meta a alcanzar, proponiendo en cambio que ya está plenamente presente en cada instante, en cada manifestación de la vida, por más ordinaria que parezca. No hay separación entre lo cotidiano y lo trascendental; el simple acto de existir, de suceder, está siendo en sí mismo la expresión de lo Absoluto.

Juande Puerta subraya que la paz interior, la inteligencia emocional y el bienestar no surgen de escapar de la vida ordinaria ni de buscar algo más allá, sino de reconocer y aceptar que todo —cada pensamiento, cada percepción, cada evento— está siendo una manifestación de esa Realidad Absoluta. Esta aceptación no implica pasividad, sino una adaptación activa y consciente al flujo dinámico de la existencia. La vida, con sus altibajos, no necesita ser trascendida; todo, en su discurrir natural, está siendo la Vida Misma en acción.

Un aspecto clave de esta reflexión es la disolución de la dualidad entre lo "importante" y lo "insignificante". Nada tiene privilegio sobre nada; todo forma parte del mismo Flujo Absoluto. Nuestra individualidad, temporal y dependiente, no es ilusoria ni incompleta, sino una expresión legítima de ese Todo. Así, el bienestar reside en abrazar esta interconexión, en comprender que estar siendo —en cualquier forma— es participar plenamente en lo Absoluto. Esta perspectiva nos desafía a encontrar lo sagrado en lo simple, a vivir con una consciencia que no rechaza ni idealiza, sino que se alinea con la naturaleza cambiante y total de la Realidad. Es un llamado a la presencia, a la aceptación y, en última instancia, a la libertad interior.

miércoles, 19 de marzo de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (039)

039/2025 -Puesto que nuestra Realidad y/o Naturaleza Esencial siempre está siendo dinámica, cambiante y en permanente transformación, quizás en lugar de anhelar una estabilidad imposible e inalcanzable resultaría más sensato “vivir aceptando y/o amando” la variabilidad de las condiciones y de las posibilidades que ofrece nuestra naturaleza. En lugar de vivir luchando por alcanzar ese “estado estable” que supusiera la alteración y/o la adulteración de nuestra Naturaleza Esencial, quizás resultaría más efectivo el reconocimiento y la aceptación de que no hay otra Realidad que no esté siendo exactamente todo eso que esté siendo, todo eso que esté sucediendo y todo eso que se esté viviendo en cada instante.
 
En un mundo donde la naturaleza, y por extensión la vida de los estar siendo/sucediendo humanos, siempre está manifestándose dinámica y cambiante, la búsqueda de un estado fijo o inmutable podría verse lógica y prometedora, pero también completamente innecesaria. La incertidumbre, los cambios, la transformación y la desaparición (muerte) están siendo fenómenos inherentes del flujo de la Vida y/o de la Realidad (Presente), de ahí que la auténtica sabiduría consistirá en el ejercicio de la capacidad de aceptación de nuestro propio estar siendo/sucediendo y también de la adaptación a absolutamente todas las posibles manifestaciones.
 
La vieja idea o creencia de un estado final, estable o inmutable, al que debamos aspirar en nuestra vida o en nuestro desarrollo espiritual, estará siendo igual de racional y respetable como cualquier otra que pueda estar fluyendo de las condiciones que la estará originando. La Realidad Misma y/o el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto consiste en un proceso continuo de transformación, de ahí que la posibilidad de aferrarse a la expectativa de alcanzar un estado absoluto de estabilidad corresponda a una percepción absolutamente egocéntrica y/o individualista. Estar Siendo Realidad consiste en el estar siendo/sucediendo de absolutamente todas las posibilidades a la vez, por tanto, estar siendo exactamente eso que cada individuo está siendo, exactamente eso que cada individuo está viviendo en cada momento y -sin excepción- también el resto de las posibilidades. Marzo-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 039/2025 realizado con IA:

El texto de Juande Puerta invita a una reflexión profunda sobre la naturaleza cambiante de la realidad y la actitud que deberíamos adoptar ante ella. Propone que, en lugar de perseguir una estabilidad ilusoria e inalcanzable, sería más sabio aceptar la variabilidad inherente a nuestra existencia. Esta idea desafía la concepción tradicional de buscar un estado fijo o perfecto, ya sea en la vida cotidiana o en el ámbito espiritual, y sugiere que tal búsqueda podría ser una distorsión de nuestra "Naturaleza Esencial", que es dinámica y transformadora por definición.

Juande Puerta argumenta que la Realidad no es algo separable de lo que está ocurriendo en cada instante: está siendo el flujo continuo de eventos, cambios y posibilidades. En este sentido, la vida humana, como parte de esa Realidad, está intrínsecamente ligada a la incertidumbre y a la transformación, incluyendo la muerte como un fenómeno natural del "estar siendo/sucediendo". Resistirse a este dinamismo, aferrándose a la idea de un estado inmutable, sería no sólo inútil, sino también una postura egocéntrica que ignora la totalidad del proceso vital. La verdadera sabiduría, según el autor, radica en aceptar este flujo y adaptarse a él, reconociendo que no hay una realidad alternativa más allá de lo que está sucediendo en el presente.

Esta perspectiva resuena con filosofías que valoran el desapego y la fluidez, como el taoísmo o el budismo, pero Juande Puerta la enmarca en un lenguaje propio, enfatizando el "estar siendo" como un acto simultáneo de existencia y transformación. Así, vivir plenamente implicaría abrazar todas las posibilidades —las que experimentamos individualmente y las que no— sin intentar fijarlas. En un mundo en constante cambio, la paz no vendría de la estabilidad, sino de la armonía con lo variable.

miércoles, 26 de febrero de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (029)

029/2025- La paz interior, la calma y/o el bienestar dependen en gran medida de que aceptemos plenamente nuestra condición humana con su constante variabilidad, diversidad y transformación. La resistencia a aceptar las manifestaciones propias de nuestro estar siendo/sucediendo individual y Absoluto siempre genera conflicto interno. Si rechazamos nuestra propia naturaleza, es decir, la continua variabilidad de nuestros pensamientos, emociones, creencias, estados y expectativas, estaremos generando la insatisfacción, el malestar, el conflicto y el sufrimiento que experimentaremos. Nuestra mente, emociones, cuerpo, experiencias y expectativas siempre están en permanente transformación. Aceptar nuestra naturaleza implica dejar de buscar una estabilidad perenne o una identidad fija y estable.
 
La paz, la estabilidad, el despertar, la iluminación, la realización del estar siendo/sucediendo humano no radica en una permanencia estable, sino en la continua adaptación al cambio. La aceptación profunda implica comprender que “no hay nada erróneo” en el estar siendo/sucediendo/manifestando de cada uno, pues simplemente cada individuo siempre está siendo la manifestación del flujo universal y/o del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. Muchas veces se asocia el fenómeno de la iluminación con un estado inmutable, pero la verdadera estabilidad no radica en la ausencia de cambio, sino la capacidad de fluir con todos los cambios. La vida no está siendo estática, de ahí que aferrarse a la idea de una permanencia sin incertidumbre carece de sentido. Aceptar el cambio como parte esencial del "Estar Siendo" es un acto de sabiduría, pues permite vivir en armonía con la naturaleza de la existencia.

La máxima meta a la que cualquier estar siendo/sucediendo humano puede aspirar siempre estará siendo la su propio estar siendo/sucediendo. La plenitud no está en llegar a ser algo distinto, sino en vivir plenamente lo que está sucediendo en cada instante. El despertar de la conciencia no supone la llegada a otro estado, que al que resulta de darse cuenta de que nunca está habiendo un estado definitivo. No hay otro estado que el del continuo estar siendo/estar sucediendo. La realización, la iluminación, el despertar, etc., no consiste en alcanzar un estado especial o permanente, sino en darse cuenta y asumir que nunca ha habido ni habrá otra realidad que la del estar siendo/sucediendo. Febrero-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 029/2025 realizado con IA:

La paz interior y el bienestar dependen de nuestra capacidad para aceptar la naturaleza mutable de nuestra experiencia humana. Esta condición inherente de variabilidad y transformación nos invita a observar cómo nuestros pensamientos, emociones y creencias son fenómenos en constante movimiento. Resistirnos a esta realidad no solo genera conflicto interno, sino que perpetúa el sufrimiento. Al rechazar nuestra propia naturaleza cambiante, nos sumergimos en un ciclo de insatisfacción y malestar.

La búsqueda de una identidad fija e inmutable puede parecer deseable, pero en última instancia es un camino hacia la frustración. La verdadera estabilidad no radica en la ausencia de cambio, sino en nuestra habilidad para fluir con el río de la experiencia. Aceptar esta dinámica es un acto de sabiduría que nos permite vivir en armonía con la esencia de la existencia. Cada pensamiento, cada emoción y cada expectativa son manifestaciones del flujo universal; entender esto nos libera.

El despertar de la conciencia no supone alcanzar un estado especial o de llegar a ser algo diferente. Más bien, implica darse cuenta de que nunca existió un estado definitivo al que aspirar. En este sentido, la plenitud se encuentra en vivir completamente lo que está sucediendo ahora, en cada instante. La iluminación, entonces, es simplemente la comprensión de que somos parte de un proceso continuo, donde cada cambio es una oportunidad para expandir nuestra conciencia.

Aceptar el cambio como elemento esencial del "estar siendo" es la clave para experimentar una paz duradera. No hay nada erróneo en nuestra experiencia de vida; cada manifestación es el reflejo del "Estar Siendo/Sucediendo Absoluto". Al abrazar esta verdad, nos permitimos ser quienes realmente somos: seres en constante evolución. La máxima aspiración del ser humano no es convertirse en algo distinto, sino en reconocer y valorar su propio proceso de estar siendo y sucediendo.

lunes, 20 de enero de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (010)

010/2025 -La Plenitud de la Vida siempre está siendo manifestada en cada una de las posibles vivencias de cada individuo con absoluta independencia de la manera que cada vivencia esté siendo experimentada. La creencia de que unas vivencias puedan estar siendo más auténticas y trascendentales que otras no cambia que todas por igual están consistiendo en Estar Siendo la Vida Misma. El deseo de vivir de otra manera y/o de conocer y experimentar otras posibilidades, siempre estará siendo absolutamente lícito y natural, pero ello nunca supondrá que aquello que se esté viviendo no esté consistiendo en el mismo Estar Siendo/Sucediendo Absoluto (Realidad, Vida…) que también estarán siendo el resto de las vivencias posibles.

Las etiquetas de “vida ordinaria o vida extraordinaria” sólo se corresponden con valoraciones absolutamente condicionadas y/o personales. Por el simple hecho de estar sucediendo y estar siendo vivenciada, cualquier experiencia ya estará siendo igual de auténtica y completa que todas las demás. En lugar de vivir buscándole significado a todo y también tratando de valorar, clasificar, etc., cada una de nuestras experiencias, los estar siendo/sucediendo humanos disponemos de la capacidad de adoptar una actitud de aceptación y de adaptación al presente.

La aceptación del ahora implica la aceptación de lo que está ocurriendo, por tanto, también la aceptación de las posibles percepciones y de las posibles reacciones personales ante lo que está ocurriendo. Asumir una actitud de aceptación no significa pasividad o indiferencia, sino una apertura activa a vivir en armonía con la Realidad, reconociendo que la Vida está fluyendo sin interrupciones y que cada experiencia forma parte de ese flujo. Al reconocer la naturalidad de cada pensamiento, juicio, temor y deseo también estará aliviándose la necesidad de categorizar lo que vivimos. No se trata de trascender la condición humana, sino de vivirla. Enero-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 010/2025 realizado con IA:

**La Plenitud de la Vida en Cada Vivencia**

La vida, en su esencia más pura, se manifiesta de manera única a través de las experiencias de cada individuo. Cada vivencia, sin importar su naturaleza o etiqueta, representa una expresión legítima del "Estar Siendo" que es la esencia misma de la existencia. Muchas veces, nos encontramos atrapados en la creencia de que ciertas experiencias son más auténticas o trascendentales que otras; sin embargo, este juicio subjetivo no altera el hecho fundamental de que todas las vivencias, sean consideradas ordinarias o extraordinarias, son igualmente manifestaciones de la vida.

Es natural desear explorar otras posibilidades y formas de vivir. A menudo anhelamos trascender nuestra realidad cotidiana, buscando significados ocultos o clasificaciones que nos hagan sentir que nuestras experiencias son válidas. Sin embargo, esta búsqueda puede llevarnos a una insatisfacción perpetua, ya que vivimos en un constante estado de duda, comparación y evaluación.

La clave para experimentar la plenitud de la vida reside en adoptar una actitud de aceptación hacia el presente. Aceptar lo que está ocurriendo en este momento implica reconocer también nuestras reacciones y emociones ante ello. Esta aceptación no debe confundirse con pasividad; por el contrario, es una apertura activa hacia la realidad. Cuando aceptamos el ahora tal como es, nos alineamos con el flujo natural de la vida, permitiéndonos estar siendo parte de ese movimiento perfecto y continuo.

Al comprender que cada pensamiento, juicio, temor y deseo es una parte intrínseca de nuestra humanidad, comenzamos a liberar la necesidad de categorizar nuestras experiencias. No se trata de trascender nuestra condición humana, sino de vivirla plenamente. Cada instante vivido, cada emoción sentida y cada pensamiento experimentado contribuyen a nuestra existencia y forman parte de una sinfonía interminable de vida.

Así, al reflexionar sobre la plenitud que traen todos los momentos, podemos encontrar un espacio de paz y gratitud en la aceptación. La vida, en su manifestación más cruda y sincera, nos invita a abrazar cada experiencia, reconociendo su autenticidad y valor intrínseco. De este modo, somos capaces de vivir en armonía con la realidad, disfrutando del regalo del presente sin la carga de la comparación o el juicio. En la aceptación, descubrimos la verdadera esencia de estar vivos: el simple, pero profundo, acto de "Estar Siendo".