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jueves, 10 de julio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (089)

089/2025 -Entre las características que se le podrían atribuir al ego y/o al efecto de la identificación conciencial con un yo personalizado, también debería incluirse la creencia en la existencia de un alma individual que pudiera trascender y/o continuar existiendo más allá de la muerte y la desaparición del cuerpo. La identificación conciencial con una identidad individual, separada, con nombre, historia y características propias (ego), no tiene porqué -como sostienen tradiciones como el Advaita Vedanta, el budismo o ciertas corrientes del no-dualismo- estar siendo una ilusión que debe ser trascendida para poder experimentar la Verdad y/o la Realidad Última. El suceder de la experiencia de estar siendo un yo particular también está siendo una manifestación absolutamente natural del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto. ¿De dónde puede surgir el apego a lo mio y a cualquier otra forma de existencia, sino del apego a la idea que se tenga acerca de sí mismo?
 
Estar siendo una ola no hace que “a la vez” no se esté siendo océano y agua. La idea de la existencia de un alma individual, que pudiera trascender a la muerte, no solo consiste en una manera más sutil o refinada de continuar sosteniendo la creencia en un yo separado y proyectado en el más allá; también suele utilizarse a modo de justificación y de instrumentalización del devenir de todo aquello que el ego no alcanza a comprender ni a aceptar. Aunque el fenómeno del ego y/o de la identificación conciencial con la existencia del yo personal esté siendo natural y necesaria para la supervivencia y el desarrollo de cada individualidad, ello no implica su inmortalidad. En la Vida no dejan de suceder cosas, precisamente porque la Vida y/o la Realidad Absoluta consiste en el estar siendo/sucediendo de absolutamente todo cuanto -incluidos cada uno de nosotros y de todas nuestras experiencias- está sucediendo en cada instante.

La auto-creencia de estar siendo un alma inmortal actúa como un recurso legítimo del ego ante la incertidumbre, el miedo o la falta de entendimiento sobre la realidad, el sufrimiento o el destino final. En vez de enfrentar directamente esas incógnitas o aceptar la finitud y la impermanencia, el ego utiliza esta creencia como una explicación que le permite mantener su sentido de identidad y control, así como para darle sentido a lo que le resulta incomprensible o doloroso. Paradójicamente, la resistencia al reconocimiento y la aceptación de que Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en -incluida la desaparición de los individuos y/o del alma individual- absolutamente todo cuanto está siendo/sucediendo en cada aquí y ahora, supone el refuerzo de las ideas que supuestamente se estuvieran deseando soltar, superar, trascender. Julio-25
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 089/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta ofrece una profunda mirada no-dualista sobre el ego y la creencia en el alma individual. Desde esta perspectiva, el ego no es solo la identificación con un yo separado, sino también la raíz de la creencia en una entidad personal que trasciende la muerte: el alma. Esta idea, lejos de ser una simple búsqueda espiritual, se revela como una proyección más del ego, un intento de mantener su continuidad ante la amenaza de la finitud.

El Advaita Vedanta y otras corrientes no-dualistas coinciden en que la identidad individual, con su nombre, historia y deseos, es una ilusión, pero Juande Puerta matiza esta visión: no se trata de negar la experiencia del yo, sino de entenderla como una manifestación más del Estar Siendo Absoluto. Así, el yo no debe necesariamente ser eliminado, sino reconocido como parte del flujo natural de la Realidad. Estar siendo una ola no niega que también se está siendo agua y océano.

La creencia en un alma eterna, según Juande Puerta, no es sino un recurso del ego para resistirse a lo incomprensible. En lugar de aceptar la impermanencia y el misterio de la existencia, el ego proyecta una continuidad ilusoria, manteniendo así su control sobre lo que escapa a su comprensión. Esta estrategia, paradójicamente, refuerza el apego a aquello que se pretende trascender.

Aceptar que la Realidad Absoluta incluye también la desaparición del individuo es abrirse a la plenitud del presente, donde todo —incluido el yo— está siendo sin garantía de permanencia. Soltar la creencia en un alma inmortal no es negar la espiritualidad, sino liberarla del control del ego, permitiendo que la conciencia se reconozca como parte inseparable del fluir absoluto de la vida.

domingo, 8 de junio de 2025

REFLEXIONANDO - 2025 (075)

075/2025- Los deseos de cambiar y/o de mejorar la Realidad pueden satisfacerse en gran medida mediante el reconocimiento y la aceptación de que Estar Siendo Realidad consiste en todo eso que, desde siempre, está siendo/sucediendo en cada aquí y ahora. Los conflictos internos pueden verse siendo algo que debe eliminarse; pero también disponemos de la posibilidad de verlos siendo manifestaciones legítimas, naturales y respetables de nuestra Esencia. El hecho de que estemos percibiéndonos y experimentándonos siendo individualidades únicas y con características particulares (tanto lo de un signo como lo del signo opuesto), no hace que “estar siendo eso” no consista en estar siendo la misma Realidad Absoluta, que a la vez también está siendo absolutamente todo lo demás. ¡Percibimos dualidad, porque mientras estamos siendo, también estamos siendo dualidad!

 Enfatizar la Plenitud Absoluta del Presente, no minimiza el valor práctico de las aspiraciones humanas y/o los esfuerzos por aliviar el sufrimiento. El reconocimiento y la aceptación del estar siendo/sucediendo (Realidad Absoluta) no puede no estar incluyendo la manifestación de “absolutamente todas” las posibles aspiraciones humanas. Apreciar pasividad, resignación, complacencia, etc., en el reconocimiento y la aceptación del Presente y/o del estar sucediendo de cada aquí y ahora, no deja de consistir en el mismo estar siendo/sucediendo que, a la vez, también estarían siendo todas las demás percepciones. Ante el planteamiento del posible desafío ético de cómo equilibrar la aceptación radical del presente con la responsabilidad de actuar frente a injusticias, conflictos, dolor, etc., la respuesta es obvia: haciendo exactamente eso que -igual que se ha estado haciendo siempre- también ahora se esté decidiendo hacer.

 La aplicación práctica del reconocimiento y de la aceptación de que el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto (Realidad) consiste en el estar siendo/sucediendo de exactamente todo eso que está siendo/sucediendo en cada instante, jamás podría alterar la naturaleza de las dinámicas humanas de cambio y de mejora, pero tampoco el temor que esa posibilidad suele despertar en las mentalidades de las identidades egoicas. Sin excepción, todo lo que está siendo/sucediendo -incluido lo que deseamos, lo que rechazamos y lo que tememos-, está siendo expresión plena de la Realidad Absoluta. Junio-25
Juande Puerta.

Ensayo “comparativo” sobre la reflexión 075/2025 realizado con IA:

La reflexión de Juande Puerta sobre la Realidad Absoluta y la aceptación del presente como manifestación plena de la existencia resuena profundamente con corrientes filosóficas y espirituales no dualistas, como el Advaita Vedanta, el budismo zen y el pensamiento de autores contemporáneos como Eckhart Tolle y Nisargadatta Maharaj. Juande Puerta plantea que los deseos de cambio o mejora de la realidad no contradicen la aceptación de que todo, en cada instante, está siendo una expresión de la Realidad Absoluta.

En el núcleo de la propuesta de Juande Puerta está la idea de que la dualidad percibida —individuos, conflictos, aspiraciones— no es más que una manifestación de una única Realidad Absoluta. Esta noción recuerda la enseñanza central del Advaita Vedanta, donde Brahman, la realidad última, se manifiesta en todo sin perder su unidad. Nisargadatta Maharaj, en su obra Yo Soy Eso, enfatiza que la percepción de separación es una ilusión de la mente, y que aceptar el presente tal como es, disuelve los conflictos internos. Juande Puerta, al igual que Maharaj, sugiere que los conflictos no necesitan ser eliminados, sino reconocidos como expresiones legítimas de nuestra esencia.

Por otro lado, Eckhart Tolle, en El poder del ahora, aborda la importancia de habitar el presente sin resistencia, una idea que Juande Puerta extiende al proponer que la aceptación radical no anula las aspiraciones humanas ni la responsabilidad ética. Frente al desafío de equilibrar la aceptación con la acción frente a las injusticias, Juande Puerta ofrece una respuesta práctica: actuar conforme a lo que surge en el momento, confiando en que todo forma parte del mismo "estar siendo/sucediendo". Esta postura resuena con el concepto taoísta del wu wei (acción sin esfuerzo), donde la acción fluye en armonía con el orden natural.

Sin embargo, Juande Puerta se distingue al enfatizar que incluso el temor egoico a la disolución de la identidad es parte de la Realidad Absoluta. Mientras que Tolle y Maharaj tienden a priorizar la trascendencia del ego, Juande Puerta lo integra como una expresión válida del ser. Esta inclusividad radical ofrece una vía práctica para vivir en plenitud sin rechazar las dinámicas humanas de cambio o resistencia.

En conclusión, la reflexión de Juande Puerta sintetiza elementos del no dualismo clásico con una sensibilidad contemporánea, invitando a una aceptación total que no renuncia a la acción ética ni al dinamismo humano, un equilibrio que lo alinea con, pero también lo distingue de, pensadores como Tolle y Maharaj.