055/2025 -Absolutamente nada existe ni sucede que -por insignificante e intrascendente que parezca- ello no esté consistiendo en una manifestación natural del Estar Siendo/Sucediendo Absoluto, de ahí que la idea de que algunas experiencias pueden estar siendo más elevadas o espirituales que otras sólo estará señalando hacia las opiniones y creencias de algunos individuos. En la esencia de la naturaleza de los estar siendo/sucediendo humanos coexisten tanto el anhelo de trascendencia como la experiencia de limitación y carencia, sin que eso signifique que alguna de esas posibilidades esté siendo una ilusión, un error y/o una imperfección que deba ser corregida. En el proceso existencial de cada estar siendo/sucediendo humano están presentes y/o latentes “todos” los supuestos niveles de conciencia que en algún momento y circunstancia pudieran manifestarse y percibirse en los demás.
Paradójicamente, la mayor parte de las tradiciones religiosas, espirituales, políticas, culturales, etc., se fundamentan en las mismas creencias, dogmas, prejuicios, etc., que las sustentan y que supuestamente tratan de combatir. Las ofertas de una alternativa o una solución distinta al acontecer natural, suelen terminar reproduciendo las mismas estructuras, creencias y mecanismos de poder que están criticando. Las tradiciones religiosas y políticas pueden promover valores de paz y amor, libertad y justicia, etc., pero históricamente también han estado vinculadas a conflictos, violencia y exclusión hacia otros grupos o disidentes. Negar las condiciones naturales de nuestro estar siendo/sucediendo hace que “vivamos creyendo” que nacemos con alguna falta, con algún propósito y con alguna deuda que saldar.
Aceptar o negar que -independientemente de cómo pueda estar manifestándose en cada momento- nuestra condición natural siempre está siendo plena y/o absoluta (todas las posibilidades a la vez), puede alterar las creencias correspondientes, pero nunca la Realidad. Estar siendo la Realidad, la Vida, lo Absoluto…, consiste en el estar siendo exacto de absolutamente todo cuanto está siendo/sucediendo en cada instante. La realidad dualista que los estar siendo/sucediendo humanos percibimos, experimentamos y deseamos cambiar, también está siendo nuestra Realidad. El supuesto olvido -y sus efectos- de nuestro verdadero estar siendo/sucediendo, también está siendo la manifestación de nuestro verdadero estar siendo/sucediendo. Siempre estamos siendo todo lo que pudiéramos desear estar siendo y también todo lo que pudiéramos desear no estar siendo. Abril-25
Juande Puerta.
Ensayo sobre la reflexión 055/2025 realizado con IA:
La reflexión de Juande Puerta ofrece una mirada profundamente inclusiva de la existencia, en la que todo cuanto acontece —desde los pensamientos más sublimes hasta las emociones más mundanas— forma parte del “Estar Siendo/Sucediendo Absoluto”. Esta perspectiva desafía las jerarquías tradicionales del pensamiento espiritual, que tienden a dividir las experiencias en superiores e inferiores, lo sagrado de lo profano. Para Juande Puerta no existe tal separación: todo lo que está siendo, simplemente está siendo una manifestación plena de lo Absoluto.
Desde esta visión no-dual, la condición humana no requiere redención ni mejora, pues ya contiene en sí misma la totalidad. El deseo de trascendencia y la vivencia de la limitación no se excluyen entre sí, sino que coexisten como expresiones legítimas del mismo flujo de la conciencia. El sufrimiento, el anhelo, la confusión o la dicha no son errores a corregir, sino expresiones válidas del Estar Siendo.
Además, Juande Puerta cuestiona los discursos de salvación que promueven muchas tradiciones religiosas, espirituales y políticas. Aunque predican la superación del sufrimiento y la desigualdad, suelen reforzar la creencia en la carencia y en la necesidad de alcanzar un estado ideal que niega lo que ya estamos siendo. Esta búsqueda perpetua dificulta la aceptación radical que libera.
En su núcleo, la reflexión afirma que incluso el olvido de nuestra naturaleza absoluta está siendo parte de la misma Realidad Absoluta. No hay un lugar “fuera” de ella. Reconocer esta verdad no implica una transformación externa, sino una rendición interior que nos permite habitar cada momento desde la plenitud. Así, la vida, con todas sus formas, se revela como completa, sin necesidad de justificación ni meta. En el estar siendo, todo —incluso el error aparente— está siendo perfecto tal como está siendo.
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