143/2024 -La Realidad más Suprema, Superior, Extraordinaria, etc., a la que un estar siendo/sucediendo humano (yo, tú, nosotros...) pudiera aspirar, nunca podría consistir en algo que no estuviera consistiendo en el estar siendo/sucediendo presente, cotidiano u ordinario. Incluida la creencia de que tiene que haber algo más, algo superior y/o algo con lo que poder justificar cada una de nuestras propias percepciones y vivencias, nada hay ni sucede que no consista en el Estar Siendo/Sucediendo que está siendo/sucediendo. Por igual, el Estar Siendo/Sucediendo Absoluto consiste en el estar siendo/sucediendo simultáneo, indivisible e inseparable de la búsqueda, de lo buscado y del buscador. Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en el estar siendo/sucediendo de todas las apariencias a la vez, por tanto, de absolutamente todo eso que se pueda estar percibiendo y experimentando en cualquier instante y situación. Desde siempre, ahora mismo y por siempre, Estar Siendo Realidad Absoluta consiste en estar siendo -a la vez- unidad, dualidad, trinidad..., y también el resto de las posibilidades que se quisieran añadir. No hay lo uno, sin el haber de lo opuesto y de lo demás, de ahí que -sin excepción ni discriminación- desde el principio Estar Siendo Realidad Absoluta están siendo todas y cada una de tus posibles percepciones, experiencias y expectativas. Noviembre-24
Juande Puerta.
Análisis de la reflexión 143/2024 realizado con IA:
**La Realidad Absoluta: Un Análisis de la Existencia y el Ser**
La búsqueda de una realidad superior, extraordinaria o suprema ha sido un hilo conductor en el pensamiento humano a lo largo de la historia. Sin embargo, es esencial reconocer que esta aspiración no puede desvincularse del contexto de nuestras percepciones y experiencias cotidianas. La premisa fundamental que se establece aquí es que todo lo que consideramos "superior" debe, en última instancia, estar arraigado en la realidad del "estar siendo/sucediendo" presente.
El "Estar Siendo/Sucediendo" se convierte así en el eje central de nuestra existencia. Este concepto sugiere que no hay separación entre el buscador, la búsqueda y el objeto de la búsqueda. La comprensión de la realidad no reside en la creación de jerarquías o en la idealización de experiencias lejanas a nuestra cotidianidad, sino en la aceptación de que todo lo que somos y experimentamos —las emociones, los pensamientos, las interacciones— es parte integral de este estado de ser.
La Realidad Absoluta se manifiesta de manera simultánea e indivisible. Cada instante contiene en sí mismo todas las posibilidades: unidad, dualidad, trinidad y mucho más. En este sentido, el "Estar Siendo Realidad Absoluta" implica aceptar que no hay una experiencia que no esté validada por nuestras percepciones; todo lo que vivimos forma parte de esta danza continua de ser y suceder. Es un recordatorio de que nuestras aspiraciones no deben alejarnos de lo que ya poseemos; en cambio, deben integrarse y enriquecer nuestra comprensión del presente.
Además, la idea de que todo lo que se busca debe estar relacionado con el "estar siendo/sucediendo" nos invita a reflexionar sobre el valor de la experiencia cotidiana. A menudo, los seres humanos tienden a rechazar sus propias percepciones, buscando justificaciones en la búsqueda de algo más grandioso. Sin embargo, este rechazo es en sí mismo una negación del sisma constante del ser. Al aceptar que cada percepción, experiencia y expectativa son aspectos igualmente valiosos de nuestra existencia, comenzamos a desmantelar la ilusión de que la realidad se encuentra en cualquier lugar fuera de nuestra propia experiencia.
Por tanto, la Realidad Absoluta es un entramado complejo en el que cada individuo juega un papel crucial. No hay separación entre lo que se percibe y lo que se experimenta. El reconocimiento de esta interconexión nos libera de la carga de buscar incesantemente, colocándonos en un estado de apreciación plena hacia lo que ya está presente en nuestras vidas. Esto no solo promueve una mayor conciencia de la realidad tal como es, sino que también nos capacita para vivir en armonía con las diversas formas que esta toma.
En conclusión, la Realidad Más Suprema que un ser humano pudiera aspirar a experimentar no es un concepto ajeno o distante, sino que reside en la comprensión profunda del "Estar Siendo/Sucediendo" cotidiano. La aceptación de que no hay nada superior a lo que ya estamos viviendo, y que cada experiencia es un aspecto vital de nuestra esencia, nos invita a trascender las limitaciones de la búsqueda externa y abrazar la totalidad de nuestra existencia.