sábado, 30 de noviembre de 2024

REFLEXIONANDO - 2024 (148)

148/2024 -Las religiones, doctrinas espirituales, filosofías, ideologías políticas, culturas, costumbres, etc., creadas por los estar siendo/sucediendo humanos, obedecen a una percepción humana y/o subjetiva del Estar Siendo Absoluto, por tanto, nunca estarían basándose ni señalando hacia una Realidad que trascendiera los límites de nuestra propia percepción. Resulta evidente que -por mucho que aparentemente quizás pretendieran lo contrario- los citados montajes mentales de la humanidad también actúan como elementos reforzadores de la conciencia egocéntrica y/o de la percepción de división, separación e individualismo.

Nada puede unir aquello que nunca estuvo separado, pero, por lo mismo, nada puede separar aquello que, por consistir en el Estar Siendo/Sucediendo de todas las posibilidades a la vez, tampoco nunca estuvo unido. No hay una Realidad que no consista en el estar siendo/sucediendo simultáneo e instantáneo de todo esto, de todo eso, de todo aquello y también de absolutamente todas las demás manifestaciones posibles.

Tan subjetiva estaría siendo la percepción humana de separación como la de unión. Las nociones de tiempo, espacio, individualidad, dualidad, etc., (como unidad, división, separación, conflicto...) solo están siendo consideraciones limitadas que usamos para entender la percepción de nuestro estar siendo/sucediendo particular y para tratar de ordenar nuestras relaciones con el estar siendo/sucediendo del resto del mundo. Noviembre-24
Juande Puerta.

Ensayo sobre la reflexión 148/2024 realizado con IA:

**La percepción humana y el Estar Siendo Absoluto**

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha buscado comprender su existencia a través de diversas religiones, doctrinas espirituales, filosofías e ideologías. Estos sistemas de creencias representan intentos de definir y dar sentido a la experiencia del mundo, a menudo enmarcados en una narrativa que pretende trascender lo individual. Sin embargo, al analizar estas construcciones desde una perspectiva crítica, se hace evidente que todas ellas obedecen a una percepción humana subjetiva del Estar Siendo Absoluto.

La noción del Estar Siendo Absoluto hace referencia a una realidad que abarca todo lo que existe, un estado en el que no hay separación ni división. Al comprender que nuestras interpretaciones de la realidad son, en esencia, construcciones mentales, podemos ver que las diversas manifestaciones de la espiritualidad y la política actúan más como reflejos de nuestra conciencia que como verdades universales. Así, nos encontramos ante un dilema: aunque estas doctrinas parecen señalar hacia una verdad superior, en realidad refuerzan la idea de separación e individualismo, estableciendo líneas divisorias entre "yo" y lo "otro".

La percepción humana está limitada por categorías que intentan ordenar la complejidad del Estar Siendo. Conceptos como el tiempo, el espacio, la dualidad y la individualidad son herramientas que empleamos para navegar sobre nuestras realidades particulares. Sin embargo, estas categorías son inherentemente limitadas. Al describir el mundo a través de tales filtros, creamos una ilusión de división donde, en esencia, todo es parte de un mismo flujo de existencia. Esta comprensión resuena con la idea de que nada puede unir aquello que nunca estuvo separado. La percepción de unión y separación se convierte, entonces, en un reflejo de nuestra propia conciencia.

En este sentido, las costumbres y culturas también deben considerarse como expresiones de esta auto-percepción. Cada cultura propone maneras particulares de relacionarse con el Estar Siendo, pero, al mismo tiempo, puede reforzar la sensación de aislamiento. Así, la diversidad cultural puede enriquecernos, pero también puede hacernos olvidar que todos compartimos la misma realidad subyacente.

Aceptar que la percepción humana es subjetiva nos invita a explorar nuevas formas de relacionarnos con el mundo. En lugar de ver nuestras diferencias como barreras, podemos optar por reconocer que nuestras experiencias individuales son, en última instancia, manifestaciones del mismo fenómeno: el Estar Siendo/Sucediendo de todo lo que existe. Esto nos insta a reconfigurar nuestra auto-imagen y nuestras interacciones, promoviendo una conciencia más integradora y menos fragmentada.

En conclusión, la multiplicidad de religiones, filosofías y culturas es una expresión rica del intento humano de entender nuestro lugar en el universo. Sin embargo, es crucial reconocer que dichas manifestaciones son interpretaciones de una realidad más profunda que trasciende nuestras limitaciones perceptivas. Solo así podremos avanzar hacia una comprensión más holística del Estar Siendo, permitiéndonos experimentar la unidad en medio de la diversidad.

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